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Colisión de asteroide mató a dinosaurios, no vulcanismo masivo: estudio

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El modelo del impacto del asteroide Chicxulub contra la Tierra hace 66 millones de años mostró que ese evento, no los volcanes, fue el causante de un mundo en gran medida inadecuado para que vivieran los dinosaurios, según investigadores. Imagen tomada del sitio www.unamglobal.unam.mx / archivo
01 de julio de 2020 09:31
Miércoles 1º de julio de 2020. Madrid y Moscú. El modelo del impacto del asteroide Chicxulub contra la Tierra hace 66 millones de años mostró que ese evento, no los volcanes, fue el causante de un mundo en gran medida inadecuado para que vivieran los dinosaurios, según publican los investigadores en Proceedings, de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos.

El asteroide, que golpeó la Tierra frente a las costas de México al final de la era del Cretácico, se cree que fue la causa de la desaparición de todas las especies de dinosaurios, excepto las que se volvieron aves.

Sin embargo, algunos investigadores habían sugerido que decenas de miles de años de grandes erupciones volcánicas podrían haber sido la causa real del fenómeno, que también mató a casi 75 por ciento de la vida en el planeta.

Ahora, científicos del Colegio Imperial de Londres, la Universidad de Bristol y el Colegio Universitario de la capital inglesa demostró que sólo el impacto de los asteroides podría haber creado condiciones desfavorables para los dinosaurios en el mundo. Asimismo, muestran que el vulcanismo masivo podría haber ayudado a la vida a recuperarse del ataque de esos astros a largo plazo.

Alessandro Chiarenza, investigador principal y quien realizó este trabajo mientras estudiaba para su doctorado en el Departamento de Ciencias e Ingeniería de la Tierra en el Colegio Imperial, destacó que han mostrado que el asteroide causó un impacto en el invierno durante décadas, y que estos efectos ambientales diezmaron los entornos adecuados para dinosaurios; en contraste, los efectos de las intensas erupciones volcánicas no fueron lo suficientemente fuertes como para alterar de forma sustancial los ecosistemas globales.

 

 

Única explicación plausible

Sostuvo: nuestro estudio confirma, por primera vez cuantitativamente, que la única explicación plausible de la extinción es el impacto del invierno que erradicó los hábitats de dinosaurios en el mundo.

El ataque de asteroides habría liberado partículas y gases a la atmósfera, bloqueando el Sol durante años y causando inviernos permanentes. Las erupciones volcánicas también producen ese bloqueo solar, y alrededor de la extinción masiva hubo decenas de miles de años de ellas en los traps del Decán, India actual.

Poder de cambio climático

Para determinar qué factor, el asteroide o el vulcanismo, tenía más poder de cambio climático, los investigadores usaron marcadores geológicos del clima y poderosos modelos matemáticos. En el nuevo documento, combinaron esos métodos con información sobre qué elementos ambientales, como la lluvia y la temperatura, necesitaba cada especie de dinosaurio para prosperar.

Luego mapearon dónde seguirían existiendo estas condiciones en un mundo después de un ataque de asteroides o un vulcanismo masivo.

Descubrieron que sólo el asteroide destruyó todos los hábitats potenciales de dinosaurios, mientras el vulcanismo dejó algunas regiones viables alrededor del ecuador.

Philip Mannion, coautor del estudio e integrante del Colegio Universitario de Londres, explicó que en este trabajo agregaron un enfoque de modelado a los datos geológicos y climáticos clave que muestra el efecto devastador del impacto de los asteroides en los hábitats globales.

Aunque los volcanes liberan gases y partículas que bloquean el Sol, también sueltan dióxido de carbono, gas de efecto invernadero. En el corto plazo después de una erupción, los bloqueadores solares causan un invierno volcánico. Sin embargo, a largo plazo, esas partículas y gases salen de la atmósfera, mientras el dióxido de carbono se acumula, calentando el planeta. Esto ayudó a impulsar la supervivencia de los animales, reiteró.

A pesar de grandes avances técnicos del siglo pasado, la humanidad no dejó de tener miedo a los meteoroides y asteroides que a veces se acercan a la Tierra.

El 30 de junio de 1908, una gran explosión de aire producida supuestamente por un meteorito ocurrió cerca del río Podkamennaya Tunguska en la actual región rusa de Krasnoyarsk.

La explosión se conoce como evento de Tunguska, y para conmemorar la efeméride en 2016 el 30 de junio fue declarado por la ONU el Día Internacional del Asteroide.

No hay de qué preocuparse en 35 millones de años

Ekaterina Efrémova, del Instituto de Astronomía de la Academia de Ciencias de Rusia, reveló a Sputnik cuándo se espera al próximo huésped del espacio.

Según sus datos, los científicos han detectado la órbita sólo para 10 por ciento de 20 mil asteroides potencialmente peligrosos, mientras los cuerpos más pequeños, de entre 10 y 100 metros, son los menos predecibles.

De acuerdo con las estadísticas citadas en el libro Peligro de cometas y asteroides: ayer, hoy, mañana, de Boris Shustov y Lidia Rihlova, los cuerpos de 30 metros de diámetro, como el que explotó sobre la región rusa de Cheliábinsk en 2013, caen una vez en 250 años y no causan mucho daño al planeta.

Los cuerpos mayores de 100 metros, muy peligrosos, caen una vez en 5 mil años, y los que superan 10 kilómetros de diámetro, como el que provocó la extinción de los dinosaurios, una vez en 100 millones de años. Es decir, según la estadística, no tenemos que preocuparnos durante los próximos 35 millones de años, afirmó Efrémova.

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