En el escenario de la pandemia del Covid-19, la utilización inadecuada de antibióticos se ha expandido, lo cual acelerará la resistencia a este tipo de fármacos que ya era, hasta ante de esta pandemia, una amenaza global y un problema crítico en el cuidado de la salud, aseguró Samuel Ponce de León, coordinador del Programa Universitario de Investigación en Salud (PUIS).
Dijo que las consecuencias se verán casi de manera inmediata, en unos cuantos meses, pues con el nivel de contagio a nivel global, estimado en al menos 10 millones de personas, y donde se ha visto que a un mismo paciente se prescriben recetas médicas con combinaciones de antivirales, más antibióticos, más antiparásitos, es previsible el registro de un aumento en esta resistencia.
Al participar en el foro virtual “Covid-19. Resistencia antimicrobiana, el reto que viene”, el también coordinador de la Comisión Universitaria para la Atención de la Emergencia del Coronavirus, recordó que la resistencia a los antibióticos ya era un grave problema global antes de la llegada del Covid-19, derivado de un uso inadecuado y excesivo.
Incluso, citó que en diversos estudios previos se encontró que hasta nueve de cada diez pacientes que acuden a atención médica con un cuadro de problema respiratorio reciben antimicrobianos, siendo que el diagnóstico clínico no lo sugiere ni recomienda, pues basta solo con el reposo e ingerir suficientes líquidos, además de algún fármaco para la tos, de ser el caso.
La resistencia ocurre cuando las bacterias mutan y se vuelven capaces de resistir los efectos de un antibiótico; su uso excesivo e indiscriminado ha llevado al aumento a esta resistencia. Cada vez que se toman antibióticos, las bacterias sensibles mueren, pero gérmenes resistentes pueden crecer y multiplicarse, propagándose a otras personas, con lo que se hace más difícil su tratamiento.
Con esta creciente resistencia en todo el mundo, dijo, “nos estamos quedando sin antibióticos, estamos perdiendo la posibilidad de usar estas magníficas herramientas. Algunas familias de antimicrobianos que hace dos décadas eran muy eficaces para tratar algunas afecciones, hoy ya no lo son”. Esto hace que la enfermedad se prolongue todavía por más tiempo, aumente el riesgo de muerte, crezca el costo de hospitalización y de paciente, además de las repercusiones en un mayor número de estudios clínicos, en la búsqueda de nuevos tratamientos.
“El uso y beneficio de los antibióticos representa una seguridad para prevenir, currar y tratar procesos en seres humanos y animales. Son un bien público, no son renovables en sentido estricto y su uso inadecuado repercute a todos”, advirtió el investigador Ponce de León, quien dijo que hay estudios muy serios que indican que para el 2050 la principal causa de muerte en el mundo será justamente la resistencia a los antibióticos.
Señaló que en este ya difícil escenario es que llegó la pandemia del Covid-19, que ha llamado la atención de todo el mundo y ha ocasionado un gravísimo desastre, por su números de contagios, facilidad de transmisión, fallecimientos y deterioro económico que ha dejado hasta ahora.
Además, estimó que este fenómeno biológico, extremadamente complejo que está teniendo consecuencias muy graves, va a persistir durante los próximos meses y los siguientes años, hasta que la población, la especie humana en el planeta desarrolle una suficiente inmunidad para evitar que el virus siga circulando entre nosotros.