Ciudad de México. La Arquidiócesis de México que encabeza el cardenal Carlos Aguiar Retes, señaló que “el violento atentado” al secretario de Seguridad Ciudadana, Omar García Harfuch, que se suma a otros hechos de violencia cotidianos “inevitablemente alimentan el desasosiego y el miedo”.
En la editorial que publicó hoy en el semanario Desde la Fe -su órgano de difusión-, pidió que la coyuntura de regreso gradual a las actividades sea una oportunidad para llamar a gobernantes, empresarios, comunicadores y a la sociedad mexicana en general “a reflexionar sobre cómo poder unir y convocar para que el retorno y la adaptación a las nuevas condiciones sanitarias, “dé testimonio de que ya no somos los mismos, de que hemos aprendido algo y podemos intentar ser mejores.
“Pongamos, cada uno, nuestro esfuerzo; trabajemos desde nosotros mismos y desde la familia por la recomposición del tejido social. Menos insultos, menos violencia física y verbal, menos rencor y más unidad. Y recordemos que, en esta tempestad, necesitamos mirar por el otro para salvarnos, porque solos nos hundimos”, expuso.
La Iglesia refirió que los ciudadanos llevan más de 100 días en medio de la crisis sanitaria más grave de los últimos años, la cual ha causado más de 25 mil muertes en el país, “que nos ha hecho permanecer en confinamiento, que ha afectado nuestra economía, que ha visibilizado la profunda desigualdad que hemos tolerado, que nos ha llenado de incertidumbre y se ha robado nuestra cotidianidad”.
Lamentó que a veces pareciera que la pandemia lo único que nos ha dejado como lección es el uso de gel antibacterial y cubrebocas. “Esta emergencia mundial debe incidir en nuestro caminar como sociedad, en el aprecio por las oportunidades de las que gozamos, en el propósito de nuestras acciones y en nuestra relación con los demás. Esta crisis es un mensaje de alerta a la humanidad que nos llama a ser mejores y más fraternos en el esfuerzo por sanar nuestro mundo”, señaló.
No obstante, agregó, “algunos han tomado la emergencia como ocasión para ahondar en la polarización, la descalificación o el desprecio hacia el otro. Es tiempo de ponernos en el lugar del otro con el ánimo de sumar, no de insultar, es tiempo de construir y de trazar juntos el camino a una nueva vida, no de revivir rencores y exacerbar diferencias”.
Por otra parte, en la misa dominical que se realizó a puerta cerrada en la Basílica de Guadalupe, el arzobispo Aguiar Retes llamó a los fieles a procurar el bien del prójimo. Durante la celebración se oró por los ministros de la Iglesia, por los pueblos “que adoran al Dios verdadero”, “para que el tiempo sea bueno y todos podamos gozar de una naturaleza limpia en la bella sucesión de las diversas estaciones”, “por los que son víctimas de la debilidad humana, del espíritu de odio o de envidia o de los otros vicios del mundo”, entre otros.