La respuesta fiscal de México, esto es, los recursos públicos comprometidos para enfrentar el efecto económico de la pandemia, es la más pequeña entre los países de las mayores 20 economías globales (G20), lo cual implica el riesgo de una contracción más profunda y una recuperación más lenta
.
México debe incrementar el gasto para proteger vidas e ingresos familiares. Además, trazar un plan creíble de reforma fiscal a mediano plazo que amplíe el margen para la aplicación de políticas de corto plazo que permita cerrar las brechas fiscales
, planteó Werner, quien este viernes presentó la actualización de las previsiones económicas del FMI para el continente americano.
El organismo internacional renovó esta semana sus perspectivas económicas globales, en las cuales prevé que la economía de México caerá 10.5 por ciento este año.
Las consecuencias del brote del nuevo virus en México se han visto agravadas por la caída de los precios del petróleo, la volatilidad en los mercados financieros internacionales, las perturbaciones en las cadenas mundiales de valor y el deterioro de la confianza de las empresas, como ya evidenciaba la disminución de la inversión antes de la pandemia de Covid-19, explicó.
Por ello, subrayó, es de esperar que el banco central recorte aún más las tasas de interés “para absorber el shock en la demanda provocado por la crisis y preservar el funcionamiento de los mercados financieros”.
Por otro lado, manifestó que la entrada en vigor del Tratado México, Estados Unidos y Canadá el miércoles próximo no será suficiente para impulsar la actividad económica mexicana, ya que sus efectos serán lentos y la combinación de factores, derivados de la pandemia, han hecho perder fuerza en el interés de inversión en el país.
Werner añadió que el costo humano en América Latina y el Caribe –nuevo epicentro internacional de la pandemia de Covid-19– ha sido trágico, con más de 100 mil vidas perdidas y el impacto económico que también ha sido profundo.
La actualización del informe Perspectivas de la economía mundial estima que la región se contraerá 9.4 por ciento en 2020, cuatro puntos porcentuales más de lo calculado en abril y la peor recesión regional desde que se tienen datos.
Para 2021 se proyecta una recuperación de 3.7 por ciento.
Los riesgos no dejan de ser elevados. La pandemia podría agudizarse, deprimiendo la actividad económica, presionando los balances de las empresas, empeorando la pobreza y la desigualdad y reavivando las tensiones sociales en la región
, enfatizó.