Ciudad de México. La pandemia de Covid-19 ha obligado a muchos gobiernos e instituciones a hacer una transición apresurada hacia los medios digitales de atención a la ciudadanía, ante la imposibilidad de hacerlo de manera presencial, pero los organismos se han enfrentado a la realidad de que no tenían la infraestructura tecnológica para ello ni tampoco la capacitación suficiente para su personal.
Así lo afirmaron los participantes en el conversatorio “Nuevos paradigmas hacia la administración pública electrónica desde los órganos garantes de transparencia”, organizada este jueves por el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI).
Cynthia Cantero, coordinadora de organismos garantes de las entidades federativas del Sistema Nacional de Transparencia, señaló que aunque la pandemia “ha sido un catalizador para impulsar la transformación digital en el servicio público y la discusión de temas de atención urgente”, también ““nos ha exhibido el atraso en el desarrollo tecnológico” en dicho ámbito.
La también comisionada presidente del Instituto de Transparencia del Estado de Jalisco señaló que aunque ya existían las herramientas necesarias para realizar diversas funciones a distancia, “la realidad es que no se cuenta con este tipo de capacidades técnicas, ni con las capacidades de los recursos humanos. Todavía no estábamos preparados para un cambio tan radical”.
Por su parte, Naldy Rodríguez, comisionada presidente del Instituto Veracruzano de Acceso a la Información, coincidió en que la pandemia “nos orilló” a acelerar la transición hacia los sistemas digitales. “Nos vimos obligados a hacerlo y ahora tenemos un sistema de evaluación y asesorías en línea, en vez de presenciales. Pensamos mantener esta nueva dinámica” porque representa un costo menor para diversas actividades.
En tanto, Oscar Guerra Ford, comisionado del INAI, hizo ver que en muchas ocasiones el avance tecnológico en diversas áreas se ha visto frenado por las condiciones de pobreza y atraso del país, que hacen relativamente más práctico y barato seguir realizado las labores de forma presencial o con una gran cantidad de personal, que invertir en la infraestructura que haría posible avanzar hacia una etapa de mayor automatización.