Nueva York. Legisladores federales, ex diplomáticos, líderes comunitarios mexicanos y defensores de inmigrantes expresaron su preocupación por las implicaciones y consecuencias de una visita del presidente Andrés Manuel López Obrador a Washington para reunirse con Donald Trump en esta coyuntura electoral.
Aunque reconocieron que el gobierno mexicano ha declarado que el propósito oficial de la visita es exclusivamente para marcar la entrada en vigor del tratado de libre comercio entre México, Estados Unidos y Canadá (TMEC), varios señalaron que para Trump en este momento todo tiene solo fines electorales.
“Es muy mala idea, y coloca a López Obrador justo en medio de una campaña electoral estadunidense”, comentó a La Jornada Roberta Jacobson, la ex embajadora de Estados Unidos en México. “Es difícil entender por qué estaría dispuesto a ser usado para eso”.
La embajadora, quien encabezó la sede diplomática estadunidense en México hasta mayo de 2018, y que anteriormente ocupó varios puestos diplomáticos, incluyendo el de secretaria asistente de Estado para el Hemisferio Occidental, agregó que “como ha sido señalado por un ex colega mío, en el pasado Estados Unidos ha sido escrupuloso en evitar ser percibido como interfiriendo en las elecciones de México: cuando el [entonces] vicepresidente Joe Biden viajó a México antes de las elecciones de 2012, se reunió con los tres candidatos [presidenciales] ahí, en orden alfabético, para evitar ser visto como favoreciendo a alguno. Yo estuve en ese viaje. Es una pena que López Obrador no sea igual de cauteloso, especialmente después del fiasco del viaje de Trump a Mexico en 2016”.
Las opiniones de un amplio abanico de figuras coincidieron en el uso inevitable de la visita para fines electorales en Estados Unidos, y también expresaron alarma por el mensaje que envía a los mexicanos y otros inmigrantes en este país.
Lucas Benítez, un dirigente y cofundador de la Coalición de Trabajadores de Immokalee -condecorada con la Medalla Presidencial y premiada por el Centro de Derechos Humanos Robert Kennedy y la Iniciativa Clinton y el Instituto Roosevelt entre otros-, dijo en entrevista con La Jornada que si López Obrador hace esta visita “sería visto entre sectores de trabajadores inmigrantes como que realmente vino a doblegarse ante alguien que nos ha faltado el respeto a todos los mexicanos y a todos los inmigrantes de diferentes maneras, incluyendo la presente en que estamos viviendo dentro de una pandemia”.
Benítez, quien participó en los festejos oficiales de la toma de protesta del presidente mexicano en México, señaló que “es realmente sorprendente que en estos momentos cuando está empezando la contienda política para la Casa Blanca, el presidente de nuestro país decida hacer esta visita. No nos olvidemos de lo que pasó en la pasada elección cuando el entonces candidato Trump fue a México y después regreso a Estados Unidos para básicamente hablar de México de la peor manera”.
Por otra parte, el diputado federal Jesús Chuy García de Chicago, veterano líder progresista de la comunidad mexicana y latina de Chicago quien tambien asistió a la toma de posesión del mandatario mexicano, indicó a La Jornada que “es muy decepcionante saber que el presidente López Obrador ha accedido a visitar al presidente que más ha insultado a México, a los mexicanos y a todos los que tenemos raíces en ese país”.
Agregó que “las constantes agresiones de Donald Trump hacia los inmigrantes, y en particular a los de origen mexicano, demandan que López Obrador tomara una actitud en defensa de su pueblo. En lugar de eso, esta visita lo perfila como un aliado de Trump que viene a validarlo sin importar que ha puesto a niños en jaulas, ha separado familias inmigrantes… y ha llamado a los inmigrantes mexicanos ‘violadores y criminales’. El presidente López Obrador está sacrificando la dignidad de su pueblo por complacer a Trump.”
El diputado federal Joaquín Castro de Texas y presidente del caucus Hispano del Congreso de Estados Unidos, declaró al Dallas Morning News que una visita como esta que se realiza a menos de cinco meses de la elección presidencial “señalaría al Congreso que una nación está claramente favoreciendo un lado político en la política interna estadunidense…. Uno debería evitar eso a todo costo”.
Para Óscar Chacón, director de Alianza Americas, una red nacional e organizaciones inmigrantes, “la visita en sí no es necesariamente un problema. Un presidente mexicano no puede ignorar a su contraparte en los Estados Unidos de América, sea quién sea. Lo complicado sería que dicha visita sirva para legitimar las políticas que la administración Trump ha liderado e incluso impuesto a México. Por ejemplo, el presidente Trump acaba de anunciar que buscará nuevamente la eliminación del programa DACA, a pesar de que dicho programa beneficia mayormente a jóvenes inmigrantes mexicanos. Uno esperaría que un presidente de México abogue por el bienestar de sus nacionales en una situación como esta. Ojalá que AMLO y sus asesores sepan usar esta visita para hablar de lo que es mejor para México y para América Latina, sin aparecer favorables al presidente más antimexicano que ha tenido Estados Unidos en muchos años.”
Algunos líderes comunitarios, empresarios mexicanos, y analistas en Estados Unidos que han apoyado y/o simpatizado con la presidencia de López Obrador expresaron su preocupación por los daños políticos de la visita para la relación bilateral en caso de que triunfen los demócratas en la próxima eleccion.
Varios advirtieron que el mensaje de “amistad” con Trump de tal gira será decepcionante para diversos sectores progresistas estadunidenses justo cuando ha estallado un movimiento social masivo en oposición a las políticas racistas y antimigrantes del ocupante de la Casa Blanca, el anfitrión de la visita, quien los ha amenazado con mayor represión.