Charlotte, Carolina del Sur. Cientos de personas se congregaban desde muy temprano el miércoles en la Plaza Marion, en la histórica ciudad de Charleston en Carolina del Sur, para atestiguar el retiro de una estatua del ex vicepresidente y defensor de la esclavitud John C. Calhoun.
Las autoridades locales aprobaron el martes por unanimidad retirar la estatua. La decisión forma parte de una serie de medidas derivadas de las protestas contra el racismo y la brutalidad policial contra los afroestadunidenses.
Los miembros del consejo municipal aprobaron la medida por 13-0. La resolución autoriza la retirada de la estatua del ex vicepresidente del país y senador por Carolina del Sur, que se encuentra en la parte superior de un monumento de 30 metros en la Plaza Marion.
La estatua se colocará más tarde en “un lugar apropiado donde será protegida y preservada”, indicaron las autoridades locales. El alcalde anticipó que iría a un museo o institución educativa.
Poco antes de la medianoche del martes, la policía de Charleston tuiteó que se había cerrado un tramo de calle para retirar la figura, indicando que el cierre duraría varias horas.
Los concejales escucharon a docenas de vecinos que hablaron a favor y en contra de retirar la estatua. El concejal Karl L. Brady Jr. dijo saber que su apoyo a la medida le costaría votos, pero que votaba en conciencia a favor de una decisión que muestra que en Charleston “colocamos (...) el pensamiento supremacista blanco donde debe estar, en el basurero de la historia”.
La decisión se tomó unos días después del quinto aniversario del asesinato de cinco feligreses negros en un ataque racista en una iglesia de Charleston. También al mismo tiempo que ciudades de todo Estados Unidos debaten la retirada de monumentos a líderes confederados y otras personas tras la muerte a manos de la policía de George Floyd, un hombre negro, en Minnesota.
En torno al 40% de los africanos esclavizados llevados a Norteamérica entraron por la ciudad portuaria de Charleston, que se disculpó oficialmente en 2018 por su papel en la trata de esclavos. En su resolución, la ciudad dio que la estatua, colocada en 1898, “es percibida por muchos como algo diferente de un monumento a los logros de un hombre de Carolina del Sur, sino como un símbolo glorificando la esclavitud y, como tal, un doloroso recordatorio de la historia de la esclavitud en Charleston”.