Puebla, Puebla. A fin de incrementar la seguridad y protección entre sus empleados, Volkswagen de México arrancó pruebas rápidas de COVID-19 a sus empleados que permanecieron fuera de su planta de Puebla desde el 30 de marzo, y que desde el 16 de junio se están incorporando paulatinamente para participar en la fase de reinicio de actividades dentro de sus factorías, las cuales en los próximos días se mantendrán enfocadas en la capacitación y preparación de los trabajadores para el arranque de manufactura.
Dichas pruebas tienen como objetivo identificar la presencia de anticuerpos específicos contra SARS-CoV-2. La efectividad de la prueba radica en que tiene una especificidad y sensibilidad superior al 90 por ciento, lo cual se interpreta como la capacidad para identificar a los individuos sanos y los portadores del virus respectivamente, permitiendo incorporar a sus actividades al personal libre de COVID-19.
Del total de las personas que laboran dentro de la planta de vehículos de Puebla, más del 98 por ciento de colaboradores han arrojado como resultado no presencia del virus activo; es decir, que se constata que no es portador de forma activa del virus causante de COVID-19. Menos del 2% restante, ha sido canalizado a un protocolo de resguardo domiciliario por un periodo de 14 días, durante el cual serán monitoreados para conocer la evolución de su estado de salud, asimismo se confirma que la mayoría de estos colaboradores son portadores asintomáticos de COVID-19.
La firma alemana destacó su compromiso por ofrecer a su personal un lugar de trabajo que evite al máximo la presencia de COVID-19. La responsabilidad de mantenerlo en esas condiciones es de todo el equipo, siguiendo con responsabilidad las medidas de prevención e higiene no sólo durante la jornada laboral sino también en su vida personal.