Ciudad de México. Explorar las calles a bordo de una moto ha sido una de las actividades que ha crecido en tiempos de pandemia, algunos de ellos ya tenían experiencia rodando, otros tuvieron que aprender kilómetro a kilómetro con el oficio de repartidor, para contribuir al confinamiento y así, llevar el sustento a sus bolsillos.
Para estos aventureros en dos ruedas, ser motociclista no sólo tiene qué ver con diversión, también predomina en ellos el compromiso con la sociedad en estos tiempos, y también con las empresas para las que trabajan por medio de las aplicaciones.
Con calles despejadas, paisajes citadinos casi desiertos y a bordo de la Dominar 400 de Bajaj, entrevistamos para Tiempo de Carrera, a algunos repartidores, como a Carlos la Cruz, quien poco antes de que iniciara la cuarentena, comenzó a trabajar como repartidor a bordo de una bicicleta, y dos semanas más tarde con su motocicleta, con la que siente que puede generar más ingresos, debido la facilidad de hacer más entregas en menos tiempo.
La experiencia en moto para Carlos le cambiado la forma de ver la ciudad, asegura que lo más complicado es repartir por la noche, ya que “la gente está saliendo mucho y el tráfico está más fuerte”, por ahora se las arregla bien con una de cilindrada 125 Vento, sabe que pronto comprará una más grande de la misma marca, ya que hasta el momento es la que más le gusta y acomoda.
Los repartos a bordo de una scooter 150 de Italika, le han parecido muy cómodos a Cristián Álvarez, quien lleva un año en la entrega de alimentos a domicilio, contó a Tiempo de Carrera, se ha visto muy beneficiado con la contingencia, porque a pesar de que la competencia ha crecido, también aumentó la demanda y ha alcanzado para todos.A pesar de que su moto ha servido muy bien para sus actividades, ya piensa en motores más grandes, su idea es explorar con las marcas para después adquirir alguna que le permita salir a carretera y vivir el motociclismo de forma distinta.
La alternativa para Javier fue comprar una motocicleta, no tanto con la ilusión de la aventura, sino de conocer diferentes destinos, su objetivo es obtener un ingreso que le permita llevar dinero a casa y terminar de pagar la moto que adquirió a plazos en una tienda de electrodomésticos.
Hasta el momento las calles han sido amables para Javier, quien anteriormente se desempeñó en la seguridad privada pero tuvo que cambiar de giro, cuenta que se adapta poco a poco con las aplicaciones y ubicaciones, “me tardo mucho porque todavía no le agarro bien al mapa, pero le echo ganas”, dijo el repartidor quien, por el momento no piensa en motos más grandes y se conforma con su scooter 150.
El sector de las motocicletas podría estar ante una oportunidad en medio de la pandemia, ya que para muchos, resulta una forma segura de viajar sin exponerse a contraer el virus, en tanto, para otros ha sido herramienta fundamental para llevar el sustento a la casa y dejarnos conocer una ciudad más amable, sin tanto tránsito y disfrutando el camino, en este caso, a bordo de una Dominar 400 de Bajaj en la búsqueda de estos intrépidos, que sobre dos ruedas buscan ganarse la vida en un panorama complicado; muchos de ellos estrenándose como moteros.