A esa pléyade de jugadores extraordinarios integrada por Pelé, Tostao, Gerson, Rivellino, Jairzinho y compañía, no les tocó ganar los sueldos desmesurados que llegaron poco después. Su arte fue genuino y de mera esencia deportiva. O rei ha tenido que recorrer países promoviendo una tarjeta bancaria para explotar la fama que ganó hace medio siglo.
La burbuja inflacionaria lucía incontenible hasta hace poco. Primero el FIFAgate –escándalo de corrupción que estalló en 2015– y posteriormente el fair play financiero le devolvieron cierta credibilidad y moral. Ahora, el golpe de la pandemia por el coronavirus le imprime una buena dosis de realismo económico.
El futbol mexicano tiene la complicación de ser consustancial a las televisoras y éstas acusan el severo ramalazo. No pueden esperar hasta el inicio del Apertura 2020; asumen que la afición está ansiosa de ver futbol del nivel que sea, e inventaron una competencia para desentumir las piernas de los jugadores. Es decir, un minitorneo de escasa calidad, pero que implicará una primera succión de recursos a los patrocinadores.
La Federación Mexicana de Futbol (FMF) por estos días sólo está abocada a analizar si hipoteca o no sus instalaciones de Toluca, por ello el titular de la Liga Mx, Enrique Bonilla, se deslindó de la competencia que alista directamente Televisa-Tv Azteca. El torneíto, desde luego, no incluirá a los infieles, los equipos que vendieron sus derechos de transmisión a otras televisoras.
Todavía afinan detalles, al parecer comenzará el 4 de julio, lo claro es que no faltarán los cuatro equipos de máxima convocatoria: América, Chivas, Pumas y Cruz Azul. No importa el color del semáforo sanitario y el consiguiente riesgo de contagios o brotes epidémicos, tampoco hace falta pedir opinión a los jugadores, ellos son materia maleable.
La Máquina vive su propio infierno. Aunque aparenta estar ajena al conflicto que envuelve a Guillermo Álvarez Cuevas, presidente del club, la realidad es que el asunto pasó a palabras mayores con la incursión de la DEA y posiblemente también de la FBI, órganos claves para desentrañar la corrupción en la FIFA.
El Mazatlán FC arrancará con el estigma de derrochar parte del erario de los sinaloenses y el Querétaro tampoco parece muy solvente, ya que aparte de incluir la participación (contra el reglamento) del promotor Gregg Taylor, resulta que no tiene detrás una empresa sólida que la respalde, sino a siete dueños que rompieron su respectivo cochinito para completar el importe de la franquicia.
Los equipos de la Liga Mx ya están entrenando mientras el deprimido mercado de fichajes se mueve en aguas densas. Los Xolos se llevan a casi medio equipo del Querétaro y el técnico Pablo Guede busca portero bueno y barato. Los grupos Orlegi y Pachuca intercambian piezas entre sus clubes. No faltan las directivas que ofrecen a préstamo a algunos de sus jugadores más caros, con el afán de bajar el monto de sus nóminas.
La Liga de Balompié Mexicano hizo oficial la afiliación de los Halcones de Zapopan, Faisanes de Yucatán y Chocos de Tabasco. Son ya cerca de una docena de clubes que han formalizado su participación, mientras la FMF pretende dar matices muy similares a su llamada Liga de Expansión para hacerla su competidora directa.
La nota amable es la reaparición en la Liga Premier de Raúl Jiménez, el atacante mexicano mejor consolidado en Europa. El ex americanista exhibió su gran técnica ante el marco rival para beneplácito del Wolverhampton, que ve en él un importante activo para capitalizarse. Irónicamente, quien se coronó campeón fue Hirving Lozano. El Chucky no es del agrado de Gennaro Gattuso y se espera su salida del Nápoles.