Ciudad de México. Por “estar en el momento menos indicado y con personas que no valía la pena tener de amigos”, a sus escasos 17 años de edad Nick Reyes (nombre ficticio para ocultar su identidad) se vio involucrado en un proceso penal que le costó una acusación por homicidio calificado y una sentencia de tres años de prisión.
Gracias a una reforma aprobada en 2016 –que dio lugar a una Ley General–, al ser menor de edad obtuvo un castigo no mayor a cinco años de cárcel y la posibilidad de que, al salir de su periodo de detención, no tuviera antecedentes penales.
Hoy, a sus casi 20 años de edad, Nick está buscando rehacer su vida. Trabaja de guardia de seguridad en un fraccionamiento de la ciudad de Torreón, Coahuila, y entre sus planes inmediatos está terminar el bachillerato y encontrar un empleo estable, de preferencia en las Fuerzas Armadas.
“Recién salí (de la cárcel) en mayo y lo único que tengo en mente ahorita es terminar la preparatoria y meterme a trabajar al Ejército. Si no se puede, me meto a trabajar con mi papá, que también es guardia. Prefiero andar con alguien que conozca a personas que no conozco”, sentencia el muchacho.
Nick –quien tomó este alias de un personaje del famoso videojuego Call of Duty– es uno de los usuarios de la página web “Restart”, un proyecto que la organización civil Documenta está a punto de echar a andar y cuyo propósito es fomentar la reinserción social y laboral de adolescentes que estuvieron en conflicto con la ley o privados de la libertad.
La idea es brindarle a los jóvenes información diversa sobre los programas sociales o servicios que pueden utilizar en las ciudades donde viven, así como allegarles las ofertas de trabajo que empresas e instituciones académicas ofrecerán para ellos, en un ánimo de “corresponsabilidad” social entre diversos sectores para evitar que reincidan en conductas fuera de la ley.
“Todos somos corresponsables de su reinserción”
Sofía Talamantes, coordinadora del programa de sistema penitenciario y reinserción social de Documenta, explicó en entrevista con La Jornada que la plataforma surgió en el marco de un proyecto titulado “Prevención comunitaria de la reincidencia en adolescentes en conflicto con la ley”, que se puso en marcha hace dos años en las ciudades de Saltillo, Coahuila, y Ensenada, Baja California.
Las líneas principales de dicho esquema son el trabajo directo con adolescentes que estuvieron involucrados en procesos penales, a través de talleres con los muchachos y sus familiares sobre cultura de la paz y justicia restaurativa, además de buscar “aliados estratégicos” en la iniciativa privada, las universidades y otros organismos interesados en abrir oportunidades laborales para los jóvenes.
En su primera etapa, “Restart” será una página web en donde los usuarios podrán ubicar en las ciudades de Saltillo, Torreón, Ensenada y Coahuila los programas sociales y servicios a los cuales tienen derecho para cubrir sus necesidades básicas en temas de salud, vivienda y trabajo. Para facilitar dicho proceso, Documenta ayudará a los jóvenes a hacer trámites diversos, como obtener una identificación oficial.
“Entendemos que existe un miedo de la sociedad (ante las personas que han estado privadas de la libertad), por eso hacemos talleres de sensibilización donde invitamos a empresarios, algunos de los cuales ya le han brindado trabajo a estas personas. Se trata de entender que todos somos corresponsables en su reinserción y que, al hacer esto, hay un factor de riesgo menos para evitar que reincidan. Nosotros ponemos el espacio y la plataforma y ellos suben las ofertas” de empleo, destacó Talamantes.
En la labor de eliminar estereotipos, ya hay algunos pasos importantes que se han dado. En Saltillo, cuenta la activista, el empresario Tadeo Carrizales ya le ha dado empleo en una planta de fabricación de piezas automotrices a varias personas que salieron de prisión, con las cuales hubo acercamientos previos desde la época en que estaban privados de la libertad.
Aunque indicó que no hay estadísticas de reincidencia de los adolescentes en conflicto con la ley, justamente porque la reforma legal de 2016 implicó que éstos salen de detención sin antecedentes penales y eso dificulta el rastreo de casos, Talamantes recalcó la importancia de abrirle espacios educativos y laborales a estos jóvenes para evitar que vuelvan a realizar actividades ilícitas en los mismos círculos que ya conocen.
La especialista enfatizó: “debemos reflexionar y saber que las personas que han estado en la cárcel enfrentan una ‘doble sentencia’: la jurídica, que los llevó a estar detenidos, pero también la social, que se encuentran una vez que recuperan la libertad. Como sociedad debemos dar estas oportunidades que muchas veces no tuvieron” los adolescentes en conflicto con la ley.
Aunque por el momento la página funcionará unicamente para las cuatro ciudades mencionadas, el propósito de Documenta es que después funcione a nivel nacional.
“Sin un plan, te puedes echar a perder”
Otro de los jóvenes con los que ha estado trabajando Documenta y que podría convertirse en un usuario de “Restart” es Anónimo, de 20 años de edad, quien hace algunos meses terminó la sentencia de dos años de prisión que le dieron por cargos de secuestro y violación.
De pocas palabras, pero directas, el muchacho cuenta en entrevista que decidió mudarse de Monclova a Saltillo para seguir con el programa de reinserción social que el equipo de Documenta le explicó cuando aún se encontraba privado de la libertad.
“Me gustaría hacer una maestría. Todavía no sé en qué, pero quiero seguir estudiando. Hasta ahora no he acabado la prepa. Ahorita estoy trabajando en un centro comercial como guardia de seguridad, 12 horas al día, cuatro días a la semana. Este es mi primer trabajo”, dice.
Aunque admite haber salido de su castigo de detención “muy desubicado”, con el paso de los días ha ido tomando el ritmo de lo que espera sea una etapa distinta en su vida.
Luego de salir de prisión, cuenta Anónimo, “cambié prácticamente en todo: en pensamientos, en actitud. Antes era malo. Si no tienes un plan, a través de amistades que te propongan alguna actividad te puedes echar a perder”.
Nick está viviendo una experiencia similar: adaptarse a un mundo que desconocía y llevar a la práctica las reflexiones que tuvo estando en la cárcel.
“Estar ahí retenido te hace pensar muchas cosas, te hace acelerar el proceso de madurar. Ahora tengo que pensar con más serenidad, no es fiesta tras fiesta. Tienes que buscarle la manera de trabajar y sacar algo para tu familia, porque no vas a comer puro aire”, admite.
Al estar aún detenidos sus antiguos amigos, Nick tiene margen para hacer nuevos planes, pero sabe que lo más fácil en su caso y en el de otros muchachos sería volver a los mismos círculos que lo llevaron en algún momento a estar en prisión.
“Si todos te cierran las puertas y uno de ellos te las abre, esa es la única opción que vas a tener. He visto en algunas personas que se han metido a lo más fácil, a andar de sicarios o de narcos, no a un trabajo donde le vas a batallar, pero que es un dinero que te ganas derecho. Soy de cabeza dura, pero no hay que cerrarse al mundo, porque si es así, te metes a lo más fácil e involucras a tu familia”, dice.