Roma. El papa Francisco dio ayer la bienvenida al Vaticano a médicos y enfermeras de la región de Lombardía, la zona de Italia más afectada por el coronavirus, para agradecerles su trabajo desinteresado y sacrificio heroico
.
Francisco dedicó una de sus primeras audiencias posteriores a la cuarentena al personal médico y deprotección civil de primera línea de Italia, y dijo a la delegación que su ejemplo de competencia profesional y compasión ayudaría a Italia a forjar un nuevo futuro de esperanza y solidaridad.
La región norteña de Lombardía, la capital financiera e industrial de Italia, fue la región más afectada en el epicentro europeo de la pandemia. Lombardía tiene más de 92 mil de las 232 mil infecciones oficiales de Italia y la mitad de los 34 mil 500 muertos de ese país.
Francisco señaló que algunos de los muertos eran médicos y enfermeras, y dijo que Italia los recordaría con oración y gratitud
. Más de 40 enfermeras y 160 médicos murieron durante el brote en todo el país, y casi 30 mil trabajadores de la salud se infectaron.
El Papa destacó que los médicos y las enfermeras de Lombardía se convirtieron literalmente en ángeles
ayudando a los enfermos a recuperarse o acompañándolos hasta su muerte, dado que a sus familiares no se les permitió visitarlos en el hospital.
En la audiencia estaban los obispos de algunas de las ciudades más afectadas en Lombardía, así como representantes de la agencia de protección civil de Italia, que coordinó la respuesta de emergencia y construyó hospitales en toda la región. Se sentaron debidamente separados y usaron máscaras protectoras en la sala de audiencias con frescos del Palacio Apostólico.
El pontífice expresó que esperaba que Italia emergiera moral y espiritualmente más fuerte de la emergencia y la lección de interconexión que enseñaba: que los intereses individuales y colectivos están entrelazados.