Ciudad de México. Emilia y Pablo son dos actores que empezaron a dedicarse a la música luego de ser invitados a participar en un encuentro de poetas colombianas. Con la tarea de musicalizar algunos poemas, los chilenos eligieron Territorio de Delirio, de Patricia Iriarte, y Pájaro, de Irina Henríquez, y a partir de aquel encuentro notaron que podían componer juntos.
Aunque la formación de ambos es la actuación –se mudaron a España para estudiar arte dramático–, los chilenos ya antes habían estado en contacto con la música. Emilia desde muy joven componía sus propias canciones, además de tener la influencia de su padre, un músico reconocido en Chile. Pablo, por su parte, tocaba melodías para el teatro, mientras empezaba a cantar y componer.
Debido a su experiencia en el teatro, los músicos han decidido hacer de Emilia y Pablo un proyecto en el que fusionan distintas manifestaciones artísticas como son la poesía y la actuación con los sonidos del folclore latinoamericano y español.
Sus presentaciones son dirigidas por un director de teatro, no les convencía la idea de simplemente estar tocando frente al público. “Para nosotros era muy importante, por nuestra experiencia en teatro, que una vez entrásemos al escenario, generásemos una energía especial, para que la gente cuando vea el concierto, viaje, viaje entre en ese territorio que proponemos”, explicó Pablo en entrevista.
Algo similar ocurre en el videoclip de su primer sencillo, “Territorio de Delirio”, en el que las imágenes y las actuaciones de los chilenos buscan contribuir a las palabras y la música, como en una suerte de musical experimental. Para Pablo, “en la escena contemporánea está todo unido, tienes que aprender a hacer de todo”.
Para el álbum en el que se encuentran trabajando todavía, llamado también Territorio de Delirio, los músicos decidieron nombrar como Colectivo Delirio al grupo de personas que trabajan con ellos.
Con influencias de la sonoridad del flamenco español y de músicos como Violeta Parra, Víctor Jara o Caetano Veloso, Emilia y Pablo buscan un equilibrio entre la música de raíz y lo contemporáneo para que su música no suene a algo de una sola época, un rasgo que ellos consideran forma parte de lo folclórico.
De acuerdo con Pablo “los mismos instrumentos, por su forma y composición, te van enseñando cómo relacionarte con el folclore”. En lo que será su disco debut hay instrumentos como el ronroco, el cuatro venezolano, o la charanga.
Emilia y Pablo esperan poder lazar su primer álbum completo a principios del próximo año. Los músicos, que ahora radican en Madrid, esperan poder ir a Chile y otros países de Latinoamérica una vez la crisis sanitaria haya pasado.