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Invitan a ver en línea la llegada del solsticio de verano a Altavista

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"No existe otro punto en México más al norte donde el Sol alcance su punto central más alto con estas características", asegura la arqueóloga Patricia Monreal Martínez. Foto cortesía de Sector-Zacatecas
20 de junio de 2020 10:12
Sábado 20 de junio de 2020. Alrededor del año 200 de nuestra era, en Teotihuacan, sacerdotes y astrónomos iniciaron una serie de peregrinaciones hacia el norte de Mesoamérica con el propósito de hallar el sitio donde el Sol retorna al sur. Luego de mucho caminar y observar, quienes integraban la comitiva determinaron que ese punto está en lo que hoy se conoce como Altavista, en Zacatecas.

Es en esa zona arqueológica donde este sábado, durante el solsticio de verano, en punto de las 16:43 horas, se podrá apreciar el fenómeno que convenció a quienes ahí erigieron un centro ceremonial hace unos mil 800 años: el Sol en el punto más alto de su elevación, en el cenit, cayendo a plomo, en el día más largo del año, que durará aproximadamente 13 horas con 25 minutos.

La ubicación de Altavista está asociada con su cercanía al Trópico de Cáncer. No existe otro punto en México más al norte donde el Sol alcance su punto central más alto con estas características, explica a La Jornada la arqueóloga Patricia Monreal Martínez.

Debido a las restricciones sanitarias para evitar contagios de coronavirus, el sitio prehispánico se encuentra cerrado al público, pero el martes 23 de junio la Secretaría de Turismo zacatecana realizará una conferencia virtual para detallar el fenómeno astronómico del solsticio de verano y cómo se vive desde la zona, a cargo del investigador Antonio Gómez, a las 12 horas, a través de la plataforma digital Zoom (ID: 870 6307 5540).

Se mostrarán al público las grabaciones que los arqueólogos de la zona hagan durante el momento justo del solsticio y durante todo el fin de semana.

El lugar se encuentra en el municipio de Chalchihuites, 229 kilómetros al noroeste de la ciudad de Zacatecas, al oeste del cerro Sombrerete, en la esquina noroeste de Durango.

Los investigadores afirman que Altavista fue un oasis cultural en su época de mayor esplendor, habitado de manera continua entre los años 100 al 1400 dC. Hay un edificio conocido como El Laberinto, que se localiza a un lado del Templo del Sol o Salón de las Columnas, con un largo pasillo de muros de mampostería.

Hay evidencias de que en los años 200 algo diferente pasó en esta región del norte; vinieron los teotihuacanos y lograron construir un centro ceremonial que registra el solsticio de verano, para fusionar sus calendarios agrícola y rituales, para comenzar con sus ofrendas, precisamente en la región donde en esta época comienzan las lluvias.

Edificada sobre una triangulación

El sitio fue descubierto por Manuel Gamio en 1908. “Es un desarrollo cultural foráneo sin filiación local; fue hasta la década de los años 70 que se vinculó con Teotihuacan gracias a varias excavaciones.

“Los antiguos se guiaron también por el recorrido que hace el Sol durante todo el año, de norte a sur, por la sierra de Chalchihuites, pues cuando llega al Picacho Pelón es la mitad de su recorrido, y es justo en el solsticio de verano. Desde el cerro del Chapín ubicaron ese punto y ahí fue donde también construyeron un calendario ritual, análogo al teotihuacano, picaron la roca madre de la cima del cerro y formaron un círculo de dos metros de diámetro, con 260 puntos que aluden al calendario ritual mesoamericano.

“Ahora se identifica a Altavista como ‘el lugar donde el Sol da la vuelta’. Estamos a cuatro kilómetros y medio del Trópico de Cáncer. Otra característica del sitio es que las esquinas de las estructuras y las plazas coinciden con los puntos cardinales; eso es algo muy poco común en Mesoamérica”, detalla la arqueóloga.

Estudios realizados en la zona comprueban que Altavista-Chalchihuites fue edificada sobre una triangulación precisa, a partir de la sierra Chalchihuites, la cumbre del Picacho Pelón, 11 kilómetros al este; el cerro Chapín, siete kilómetros al suroeste, y la colina del Pedregoso, ubicada cinco kilómetros al noreste.

Este diseño permite observar el desplazamiento anual del Sol y así anticipar los cambios de las estaciones en el transcurso del ciclo agrícola, reitera la arqueóloga, quien añade que análisis de carbono 14 indican que la fundación del asentamiento data de los 450 al 470 dC, mientras su esplendor se dio entre los años 700 y 750 de nuestra era.

Altavista tiene 11 hectáreas abiertas al público, con un museo de sitio, un auditorio y una unidad de servicios atendida por personal de la delegación Zacatecas del Instituto Nacional de Antropología e Historia.

Hace unos 10 años, la región, que linda con Durango, sufrió los estragos de la inseguridad, era una zona asolada por enfrentamientos de grupos de la delincuencia organizada, lo cual hizo que bajara el número de visitantes, recuerda Patricia Monreal.

Pero ahora la situación se ha normalizado y ha repuntado el número de personas que acude también a los festivales de primavera que organiza el municipio. Invitamos al público a mirar al norte, pues siempre piensan que por acá no hay nada; Altavista es uno de esos sitios enigmáticos que no se espera encontrar en Zacatecas, concluye la arqueóloga.

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