Un anuncio en Internet llevó a Rogelio, un mexicano de 24 años, hasta Leamington, en Ontario, Canadá, para sumarse a los trabajos en la granja GreenHill Produce. En marzo, fue contratado por la empresa en términos irregulares –ya que no formaba parte del programa bilateral de Trabajadores Agrícolas Temporales, lo que lo excluía de derechos, entre ellos de seguridad social—, en gran medida, eso fue lo condujo a la muerte por Covid-19 el pasado 5 de junio.
Rogelio es uno de los dos mexicanos que han fallecido tras infectarse en los campos canadienses, donde se ha reportado el contagio del virus en más de 300 connacionales. Esto ha llevado a que el gobierno de México decretara la suspensión provisional del envío de trabajadores del campo a las granjas de aquel país en las que se han reportado brotes de Covid-19.
La embajada de México en Ottawa informó este martes que nuestro país no enviará más trabajadores agrícolas a los campos de Canadá hasta que no se garanticen las condiciones para proteger su salud y se tenga claridad sobre por qué dos mexicanos murieron debido a la pandemia. Esto sucede a unos días de la entrada en vigor del T-MEC.
Ayer, el presidente Andrés Manuel López Obrador y el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau tuvieron una conversación telefónica, donde entre otros temas dialogaron acerca del contagio de mexicanos y la muerte de dos de ellos. Esta mañana, en conferencia, el ministro canadiense se comprometió a dar seguimiento a las investigaciones sobre este brote de Covid-19 en las granjas de su país.
Ambas naciones establecieron el PTAT en 1974 y debido a los riesgos por el Covid-19, esta es la primera ocasión en 46 años que no se enviarán trabajadores, aunque la medida sólo aplica para granjas en las que se han presentado brotes de la enfermedad.
De acuerdo con información de la embajada de México en Canadá, al menos 302 trabajadores mexicanos se han infectado de Covid-19 en los campos de ese país –además de los dos decesos, dos más se reportan graves. Por ello, la sede diplomática ha solicitado una investigación al respecto.
A partir de estos episodios, el gobierno de Ontario anunció la realización de 8 mil pruebas entre los trabajadores agrícolas de la provincia.
Oficialmente se ha reportado la muerte de dos trabajadores agrícolas mexicanos tras haberse infectado de Covid-19. Se trata de Bonifacio Eugenio Romero, de 31 años, quien falleció el 30 de mayo, tan sólo 30 minutos después de haber ingresado al hospital; y de Rogelio Muñoz santos, de 24 años, el 5 de junio, tras varios días de sufrir por las consecuencias del virus.
Familiares del joven narraron a La Jornada la historia de Rogelio, quien llegó a Toronto en febrero de 2020, como turista. Un día, vio un anuncio en internet donde un contratista ofrecía llamativas condiciones de trabajo para mexicanos en los campos canadienses.
Junto con otras dos personas, el joven originario de la pequeña comunidad de Monte Alegre, en el municipio de Tecpactan, Chiapas, viajaron 355 kilómetros hasta la comunidad de Leamington, en Ontario. El contratista ofrecía trabajo por 60 horas a la semana, con un pago de 12 dólares canadienses por hora, además de alojamiento, comida y transporte.
Sin embargo, el hombre con el que contactaron a través de un post de Facebook corrigió: tendrían que pagar 270 dólares a la semana por alimentación, transporte y una habitación de hotel que compartirían entre cuatro. Aunque no era las condiciones prometidas, Rogelio y sus compañeros decidieron quedarse, pues habían hecho un largo viaje y pese a los pagos que tenían que hacer, el salario seguía siendo atractivo.
No se les consideró dentro del PTAT, ya que no contaban con los permisos de trabajo. A la larga, eso lo llevó a la muerte.
Antes de llegar a Canadá, el joven luchó contra una leucemia que minó gravemente su salud. Esa enfermedad lo dejó padeciendo anemia –la cual impide la generación de suficientes glóbulos rojos para oxigenar el cuerpo. Llegó a Toronto con apenas un frasco de fármacos para su tratamiento y al no poderla conseguir sin receta en esta ciudad, tuvo que comenzar a dosificar el medicamento al grado de partir cada pastilla en cuatro porciones.
Tras varias semanas de trabajo en la granja de GreenHill Produce, Rogelio y otros trabajadores comenzaron a presentar síntomas de Covid-19. Sus empleadores simplemente les dijeron que no se presentaran a trabajar, pero debido a que no contaban con seguridad social al no ser parte del PTAT no se les aplicó ninguna prueba ni se les dio asistencia sanitaria.
El Covid-19 aprovechó la anemia que Regelio padecía y le cobró factura. Uno de sus amigos lo llevó al hospital de Windsor, donde murió el viernes 5 de junio.
La embajada de México en Canadá solicitó una investigación para determinar las condiciones en las que el mexicano fue contratado, así como para conocer las medidas sanitarias implementadas en la empresa para prevenir la propagación del coronavirus entre los empleados. Fuentes de la legación diplomática señalaron que las indagatorias están en curso y consideran tanto a la empresa como al contratista.
Debido a que la familia de Rogelio no contaba con los recursos para repatriar el cuerpo, sus primos montaron una petición en el sitio Go Fund Me, a fin de recabar recursos para ese proceso, que puede costar de 10 mil a 12 mil dólares canadienses.
Su historia conmocionó a la comunidad de aquel país y 265 personas donaron desde cinco hasta mil dólares para conseguir que el cuerpo del joven fuera enviado a su pueblo natal. Hasta ahora se han recaudado más de 14 mil dólares para su repatriación.