Moscú. En lo que aquí se considera un hecho inusitado, al contradecir la línea marcada por el Kremlin, los gobernadores y alcaldes de más de la mitad de las entidades federales y ciudades de Rusia decidieron cancelar y, en el mejor de los casos, aplazar los desfiles militares que debían llevarse a cabo, a la par con el de Moscú, para conmemorar el 75 aniversario de la Victoria sobre la Alemania nazi.
Hace apenas dos meses y medio era impensable que los dirigentes de hasta este martes 17 de las 28 ciudades y entidades federales –en las cuales el presidente Vladimir Putin dispuso que hubiera desfiles el 24 de junio siguiente– se negaran a cumplir el deseo del mandatario.
Este inesperado ejercicio de federalismo se debe a la diferente rapidez con que se propaga el Covid-19 en el vasto territorio de Rusia. Según su vocero, Dimitri Peskov, el Kremlin recibe con “absoluta comprensión” las noticias que llegan desde el interior del país y restan brillo a la demostración de poderío militar que Putin quería extender –en 1945 el desfile de la Victoria se llevó a cabo sólo en la Plaza Roja de Moscú– a las 9 ciudades-héroe, máxima distinción concedida a una urbe por su heroica resistencia y contribución a la Victoria, y las sedes de las 19 regiones de las fuerzas armadas rusas.
“Son precisamente las facultades especiales que se les otorgó en el contexto de la amenaza epidemiológica las que están aplicando los gobernadores (y los alcaldes), pues como dijo el presidente, en cada sitio se ve mejor cómo está la situación”, trató Peskov de minimizar que no será posible cumplir el plan original.
Algunas ciudades como Nizhny Taguil y Piatigorsk declinaron de plano organizar desfiles; otras como Belgorod, Kursk y Perm optaron por posponerlos a agosto o septiembre; unas más como Penza y Yakutsk aún no tienen fecha y otros sitios, como Volgogrado o Rostov del Don, si tendrán desfile, pero sin público.
Responsables por las decisiones que tomen durante la emergencia, sobre todo, como es obvio, las malas, no todos los dirigentes regionales –al margen de cómo siga difundiéndose el coronavirus– pueden declarar que el 24 de junio próximo no habrá desfile, como acaban de anunciar también los gobernantes de Udmurtia o Cheliabinsk.
Ante el alud de cancelaciones, trascendió que el Kremlin ordenó que se mantengan los desfiles en Moscú, San Petersburgo y las restantes siete ciudades-héroe, lo cual explica por qué el gobernador de Crimea, Serguei Aksionov, cambió de opinión horas después de anunciar que no habría parada militar en Simferopol y el alcalde de la capital rusa, Serguei Sobianin, recomendó quedarse en casa y ver por televisión la exhibición de poderío bélico.