Ciudad de México. El superávit en el saldo de la cuenta corriente en tres de los últimos cuatro trimestres exhibe un colapso de la inversión real en México, la cual, lo más probable es que se mantenga volátil por algún tiempo más, advirtió Bank of America.
En un reporte a inversionistas, amplió que “las tenencias extranjeras de bonos mexicanos ahora están en 51 por ciento del total, por debajo del 59 por ciento en febrero. Además, con un crecimiento más débil y una mayor incertidumbre política, se espera que IED (inversión extranjera directa) caiga en los próximos trimestres”.
La volatilidad se asocia a que previo al Covid-19 ya había una mayor tendencia al ahorro y menor inversión dadas las perspectivas de menor crecimiento en el país y a que después de la crisis se espera una mayor contracción económica y una recuperación más débil en México que en Estados Unidos.
Los estimados que el banco reporta son de una contracción de 10 por ciento este año en el producto interno bruto (PIB) de México, y una recuperación de 2 por ciento en 2021; mientras en Estados Unidos se esperan una caída de 8 y crecimiento de 4 por ciento, respectivamente.
Se espera que el superávit sea pequeño y volátil, ya que el deterioro de las cuentas fiscales de México, una reducción en las remesas y una recuperación tardía en servicios como el turismo, empujarían la cuenta corriente a la baja.
Recalcó que si bien hay un lectura positiva del superávit en la cuenta corriente --mayores ahorros que financian una mayor inversión nacional e internacional-, el de México es resultado de menos oportunidades de inversión y la reducción del consumo, en particular la austeridad del gobierno.
“La inversión en México se ha reducido drásticamente desde la cancelación del aeropuerto de la Ciudad de México en octubre de 2018 y con políticas económicas que no han incentivado la inversión (como cambiar las reglas del juego en el sector energético o reducir la capacidad del sector público al recortar el presupuesto y salarios)”, agregó.
Los analistas Carlos Capistrán y Gabriel Tenorio, firmantes del documento, consideraron que un peso débil sería favorable para la recuperación, dado que México es una economía altamente abierta, con exportaciones que representan el 39 por ciento del PIB, y manufacturas que agrupan el 89 por ciento de las exportaciones.
“El tipo de cambio es un determinante importante de la competitividad internacional y, por lo tanto, del crecimiento. Creemos que las autoridades probablemente permitirán que el tipo de cambio real se mantenga débil para brindar apoyo a la recuperación. Además, un peso débil podría proporcionar al gobierno algunos ingresos el próximo año del remanente operativo de Banco de México”, consignaron.