Nueva York. El título del nuevo álbum de Norah Jones, Pick Me Up Off the Floor (Levántame del piso), tiene dos significados.
Tras pasar dos años grabando sesiones mensuales puntuales, la pianista y cantante de jazz-pop se dio cuenta de que había acumulado suficientes buenas canciones. “No sabía qué estaba pasando con ellas. Estaba como levantándolas del suelo y juntándolas. Como que esa era la idea”, dijo.
El otro significado es más literal: las canciones eran tristes, y Jones necesitaba una mano para levantarse.
“Ese sentimiento de desesperación, cuando simplemente necesitas que alguien te levante, era todo eso”, dijo.
El séptimo álbum de Jones sale el viernes y aunque las 11 canciones fueron escritas y grabadas esporádicamente, guardan cohesión en lo personal y emocional, con títulos como “How I Weep”, “Hurts to Be Alone”, “Heartbroken, Day After” y “Stumble On My Way”.
“Entonces me pega directo en el estómago por la noche, es un golpe duro que recibir con todas sus fuerzas/Trata de sentir lástima, trata de ser dulce, y sale corriendo por la puerta como si tuviera dos patas”, canta en el primer tema del disco.
Pero Jones, de 41 años, no está triste todo el tiempo. Las últimas canciones del álbum, entre ellas “I’m Alive” y “To Live”, le dan un final esperanzador, como una luz al final del túnel.
“Siento que hay mucho en este álbum que es muy personal... Pienso que estaba triste cuando escribí muchas de ellas, seguro, obviamente”, dijo Jones, quien agregó que los temas de las canciones salieron de un periodo de su vida, aunque no especificó cuál.
Sacar de su sistema la tristeza escribiendo las canciones fue sanador, explicó.
“Creo que es una muy buena manera de soltarla, de hecho. Para mí es como un canal para liberar esa tristeza, supongo”, dijo. “Se siente muy bien escribir canciones cuando tienen sentimientos profundos porque tienes donde poner toda esa energía. Creo que es casi como terapia”.
Tras terminar la gira de su álbum Day Breaks de 2016, Jones sostuvo sesiones mensuales de grabación para colaborar con artistas y también lanzar sencillos sin pensar en todo un álbum. Dijo que estaba realmente inspirada para escribir, y que las canciones emanaban de ella.
“Por lo general no soy increíblemente prolífica, paso por brotes creativos. Pero creo que el solo hecho de hacer estas sesiones cada tantos meses fue como ir tirándole leña al fuego”, dijo. “Pensé que me ayudaría a abrirme a cosas nuevas y así fue. De ahí salió el álbum que no estaba tratando de hacer”.
Comenzó a vivir con las canciones, escuchándolas en su teléfono mientras caminaba a su perro o en la casa, y pensaba en cómo podía mejorar las tonadas con base de piano, en su mayoría escritas y producidas por ella. “¿Qué le quiero agregar a esta? ¿Quiero agregarle trompas? ¿Necesita algo más?”
Una vez que se dio cuenta de que tenía todo un álbum que le encantaba escuchar, trabajó en la secuencia de las canciones para evitar que sonara como un disco completamente melancólico: “Deja que sea triste pero no tan triste como para no querer oírlo más”.
La experiencia puede variar mucho según el orden de las canciones, explicó. “Ese es el arte de hacer un álbum, el arco narrativo de cualquier historia que estás tratando de contar”.
En cuanto a su próximo proyecto, Jones no está segura cómo surgirán las canciones, pero sigue acudiendo a sus sesiones esporádicas porque así se siente libre.
Y aunque está varada en casa como el resto del mundo, sigue escribiendo durante la pandemia, cuando el tiempo lo permite: “He tenido unos pocos momentos de luz en los que apunto ideas, pero... mis hijos tienen 4 y 6 años y gran parte de mi tiempo son ellos”.
Las recientes protestas mundiales en respuesta a las muertes de George Floyd, Ahmaud Arbery, Breonna Taylor y otros afroestadounidenses también la han inspirado a escribir.
“A veces te salen cosas y tratas de capturarlas”, dijo. “La semana pasada ha inspirado muchos pensamientos”.