Ciudad de México. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) prevé que la crisis mundial por Covid-19 sea la más aguda de los últimos 100 años sin que la haya detonado una guerra. En dicho marco México enfrentará una “grave recesión”, al contraerse por lo menos 7.5 por ciento su actividad económica. Autoridades mexicanas dijeron, durante la presentación de un informe del organismo, que trabajan en la reapertura económica, pero la prioridad en este momento “es salvar el mayor número de vidas”.
En caso de que la enfermedad rebrote antes de que termine 2020, el producto interno bruto (PIB) de México podría desplomarse hasta 8.6 por ciento, de acuerdo con la OCDE. Y para 2021, el rango estimado de recuperación va de 2 a 3 por ciento. Bajo dichas circunstancias reiteró que es necesario dar apoyos adicionales a empresas y a trabajadores formales e informales.
Pese a que la OCDE estima que la deuda supere 55 por ciento del PIB al cierre del año –sólo por efecto de la caída nominal de la actividad económica, la depreciación del peso y la reducción de los ingresos–, recomendó al gobierno ir por más financiamiento para ampliar su respuesta fiscal al Covid-19.
A la propuesta, José de Luna Martínez, titular de la Unidad de Crédito Público de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHPC), respondió que las altas tasas de interés –ahora en 5.5 por ciento– limitan la “capacidad para reaccionar ante la crisis”.
En videoconferencia, Alberto González, economista de la organización, destacó que al ser una economía tan dependiente del comercio internacional, del turismo, del precio del petróleo y de las remesas, México resentirá una crisis cuyo trayecto se prevé en forma de W o de U –es decir, con una recuperación lenta–, y no en “forma de palomita”, como apunta la Hacienda mexicana.
El economista de la OCDE consideró que independientemente de eso México cuenta con margen amplio para sumar deuda, debido a “la prudencia con la que ha manejado sus finanzas en los últimos años”, a que “es un país cumplidor en términos fiscales y su buena reputación en el mercado está bien ganada y sustentada”.
Más tarde en un panel de ministros de Finanzas –al que fue convocado el secretario Arturo Herrera– José de Luna expuso que las altas tasas de interés son la principal limitante para ir por financiamiento extra. En México es 21 veces más costoso endeudarse que en Canadá, comparó.
En el marco de la crisis, el Banco de México ha reducido su tasa de interés y actualmente se encuentra en 5.5 por ciento. De Luna habló en nombre de la SHCP: “Desde nuestro punto de vista, aún hay margen para reducirla más y de esta manera continuar estimulando la economía”.
Agregó que además de los créditos a la palabra que se dan a empresas y trabajadores, el gobierno dice que acelerará el gasto en infraestructura –sobre todo en el aeropuerto de Santa Lucía y en la refinería de Dos Bocas, Tabasco; incluso en el Tren Interurbano México-Toluca que dejó la pasada administración– y ampliará concesiones carreteras con la condición de que las empresas inviertan.
De Luna explicó que desde la dependencia está contemplado un “impacto grave” en el empleo y los ingresos, y si bien se han abierto la construcción, la manufactura automotriz y la minería –esto, en el pico más alto de contagios–, por encima de la reapertura económica, la prioridad es “salvar el mayor número de vidas”.
En la economía mundial, la OCDE prevé una contracción de 6 por ciento en el mejor de los casos y de 7.7 por ciento si hay segunda ola de contagios. “Ambos escenarios son sombríos (…) A finales de 2021, la pérdida de ingresos superará la de cualquier recesión anterior en los últimos 100 años fuera de tiempos de guerra, con consecuencias nefastas y duraderas para las personas, las empresas y los gobiernos”, explicó Laurence Boone, economista jefe de la OCDE.