Ciudad de México. Pese al Covid-19, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) estima que en el actual ciclo productivo primavera/verano no habrá afectación, sino que por el contrario se prevé alza en algunos productos.
Entre otras razones por el avance de las entregas de apoyos a pequeños productores con motivo del coronavirus y a que no se está presentando una sequía de la magnitud del año pasado.
El programa Producción para el Bienestar (PpB) registró, al 31 de mayo, un avance de metas de 79.6 por ciento en el total de productores a apoyar en 2020 y de 69.5 por ciento en cuanto al presupuesto anual ejercido, informó Víctor Suárez Carrera, subsecretario de Autosuficiencia Alimentaria de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader).
“Afortunadamente según los datos del SIAP (Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera) el avance de siembras de este ciclo de primavera- verano 2020 con relación al ciclo anterior tiene un avance de tres por ciento con respecto del año anterior, y esto tiene que ver en parte porque los apoyos a la producción han fluido de manera más anticipada (ello debido al COVID-19) y porque el régimen de lluvias no va a estar tan incierto y tan seco como lo fue el año pasado”, señaló Suárez Carrera.
En el informe diario sobre los avances de los Programas de Bienestar, en la que se dieron a conocer los avances del esquema Producción para el Bienestar, en el contexto de la pandemia COVID-19, el funcionario habló del caso del maíz.
“En maíz se sembraron 6.5 millones de hectáreas y en el caso de frijol 1.6 millones de hectáreas, porque hubo una sequía muy grande. Este año esperamos que la cifras de siembra sean superiores a las del año pasado y que con el régimen de lluvias tengamos mejores producciones que el año pasado”.
Victor Villalobos Arámbula, titular d e la Sader refirió que se espera “un incremento de 2.5 por ciento de incremento con relación del año pasado” y recordó que en el caso del frijol “la sequía afectó bastante” en los estados productores del grano.
Recordó que el año pasado la sequía afectó 60 por ciento del territorio nacional, y dijo que este año “va a ser un poco inferior a la media histórica”.
Villalobos Arámbula, señaló que Producción para el Bienestar cumple con el principio del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador: “que coman primero los que nos dan de comer”, dirigido a productores de pequeña escala, de menos de cinco hectáreas, en todo el país y orientado a la agricultura familiar y de autoconsumo.
Informó que en la presente administración se apoya de manera directa al productor de pequeña escala, como a los de granos básicos con mil 600 pesos para los poseedores de hasta cinco hectáreas y con mil pesos para los de entre cinco y veinte hectáreas; con cinco mil pesos para los de cinco hectáreas de café, y siete mil 300 pesos para los cañeros con hasta 20 hectáreas.
Indicó que el 60 por ciento del respaldo con el programa está enfocado a la agricultura familiar, de autosuficiencia, y el 40 por ciento restante apoya a productoras y productores que logran excedentes que colocan en los mercados locales.
Víctor Villalobos refirió la importancia de los bienes públicos que se ponen a disposición de todos los productores, los cuales, aunque intangibles, son efectivos para el desarrollo de una agricultura más productiva y competitiva.
Suárez Carrera, resaltó que la operación de PpB se ha acelerado en el marco de la pandemia COVID-19, a efecto de que las y los productores beneficiarios cuenten de manera oportuna con sus apoyos y tengan liquidez para sembrar y/o avanzar en las labores de cultivo.
La entrega de apoyos del programa tiene lugar de manera oportuna conforme avanzan las siembras del ciclo Primavera/Verano 2020.
Reporte de avance del programa PpB
Al 31 de mayo, el programa prioritario del Gobierno de México ha apoyado a un millón 670 mil 713 productores de maíz, frijol, trigo, arroz, amaranto y chía, entre otros granos, y café y caña, esto es, 79.6 por ciento respecto de la meta anual de 2.1 millones de productores.
El recurso dispersado suma siete mil 652.5 millones de pesos, o sea, 69.5 por ciento de la meta anual de 11 mil millones de pesos.
Del total de productores apoyados, el 61 por ciento se ubican en el sur sureste; tres de cada 10 son mujeres y el 37.2 por ciento son productores de localidades indígenas.
Asimismo, 85.2 por ciento de los productores apoyados son de pequeña escala (hasta con cinco hectáreas de temporal y 0.2 de riego) y 14.8 por ciento de mediana escala (entre cinco y 20 hectáreas de temporal y entre 0.2 y cinco de riego).
Todos estos porcentajes van en línea con lo registrado en 2019 y atienden el propósito de justicia social, de apoyar a quienes en el pasado han sido excluidos de las políticas públicas.
Víctor Suárez precisó que, al enfocarse exclusivamente en productores de pequeña y mediana escala, Producción para el Bienestar tiene un objetivo social y de bienestar hacia las familias campesinas, pero a la par atiende criterios productivos, puesto que “tenemos la tarea de contribuir a la autosuficiencia alimentaria y el rescate del campo”, como lo establece el Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024.
Para mostrar la relevancia económica y productiva de este tipo de productores, explicó que de un total de cinco millones de unidades productivas agropecuarias o forestales en México el 68 por ciento tienen menos de cinco hectáreas y el 25 por ciento, entre cinco y 20 hectáreas.
Esto es, dijo, nueve de cada 10 productores del campo en México se catalogan de pequeña y mediana escala, y ellos son responsables del 54 por ciento de la producción nacional, en términos de valor, y de 85 por ciento de los empleos rurales.
Estos productores son protagonistas en alimentos fundamentales de la dieta mexicana y en los que se exportan. Por ejemplo, más de siete de cada 10 kilos que se producen en México de frijol, café cereza, caña de azúcar, agave, aguacate y piña, provienen de los productores de pequeña y mediana escala, y en los casos de maíz, naranja y fresa, más de seis de cada 10 kilos, comentó.
“En manos de los productores de pequeña y mediana escala está la base de la alimentación mexicana desde tiempos inmemoriales. Siete de cada diez de ellos producen maíz blanco, amarillo y de todos los colores, azul, morado, negro, rojo… y múltiples variedades, más de 65. Y seis de cada diez campesinos que tienen predios de menos de cinco hectáreas producen frijol.
“Maíz y frijol son los dos cultivos súper básicos de los mexicanos y son además gran parte de nuestra salvación, en estos momentos de crisis sanitaria y alimentaria”, observó Víctor Suárez.
Señaló que el consumo de alimentos ultra procesados y el soslayo de la dieta tradicional han propiciado los graves problemas que en el país se registran de obesidad y enfermedades crónicas relacionadas como las coronarias, diabetes, cáncer y otras que nos hacen vulnerables ante la pandemia por COVID-19.
A escala mundial la importancia de la pequeña agricultura es relevante: en 81 países en desarrollo, donde se ubican dos terceras partes de la población global y 38 por ciento de la superficie agrícola, predominan las parcelas de menos de una hectárea; el 85 por ciento son predios con menos de dos hectáreas. Esto representa la existencia de alrededor de 500 millones de pequeñas explotaciones agrícolas en todo el orbe. Una de cada tres personas de estos países se alimenta de lo que ofrece la agricultura de pequeña escala.