Con la acelerada e improvisada migración masiva de la educación presencial a la virtual y/o en línea, obligada por la emergencia sanitaria por el Covid-19, es previsible un aumento en la deserción y abandono escolar en el nivel medio superior y superior, además de afectaciones a los indicadores en los niveles de aprendizaje y una mayor desigualdad en los resultados, expresaron especialistas y educadores de diversas instituciones educativas.
Además, reconocieron que aún cuando no existen en México ni en América Latina información suficiente de estudios o investigaciones que permitan comparar el eficiente aprendizaje entre la modalidad presencial y la virtual, todo indica que esta migración inesperada, a marchas forzadas y sin la preparación adecuada, repercutirá en los niveles de aprendizaje para el estudiante promedio por igual. El sistema educativo mexicano, incluido el del nivel medio superior y superior, está centrado en la educación presencial.
Ana María Berruecos Vila, directora de la Dirección de Enseñanza y Aprendizaje Mediados por Tecnologías de la Universidad Iberoamericana (Ibero), y Carlos Acuña, investigador y docente en línea de la Universidad Tecnológica, coinciden en que es muy probable que tras este confinamiento, se dé una desaceleración o estancamiento de los logros educacionales logrados en los últimos años.
Por separado, expresaron que de acuerdo a estudios serios, es sabido que la deserción suele ser 10 o 20 por ciento mayor en la educación a distancia que en los presenciales, pero en las actuales condiciones es previsible un porcentaje mayor, debido a las condiciones inesperadas de esta migración masiva al modelo virtual o no presencial, además de que en muchos casos ni siquiera se puede decir que sea una educación digital o virtual.
Y es que de acuerdo a datos reciente de la Secretaría de Educación Pública (SEP) más del 58 por ciento de universidades e instituciones de educación superior -de un total de 116, tanto públicas como privadas-, reportaron tener carencias de equipo o Internet o literalmente “equipo inservible” para la realización de las actividades, además de 55 por ciento de alumnos y maestros carecen de capacidades en el uso y manejo de plataformas tecnológicas.
Berruecos Vila, investigadora de la Ibero, también precisó que aun cuando muchas universidades han tenido a que adaptarse a las clases en línea o a distancia, debido a las medidas de emergencia sanitaria, el proceso de enseñanza-aprendizaje no es lo mismo de un sistema a otro. “Dar una clase magistral por videoconferencia no es educación en línea; eso sólo es utilizar una herramienta digital para seguir con metodologías presenciales en un entorno virtual”, dijo.
Especialista en educación a distancia, señaló que la educación en línea requiere de un gran trabajo previo de diseño instruccional de los contenidos, realizado por un equipo de expertos en las áreas disciplinares, como: pedagogos, psicólogos educativos, especialistas en software, diseñadores interactivos y gráficos, entre otros.