Ciudad del Vaticano. Por primera vez desde hace tres meses, el papa Francisco se dirigió este domingo desde una ventana del Palacio Apostólico a los fieles autorizados a escucharle en la plaza de San Pedro, respetando sin embargo el distanciamiento social.
"¡Hoy que la plaza está abierta, podemos volver, es un placer!", dijo el papa argentino, saludando a la multitud dispersada en la inmensa plaza rodeada de las columnatas de Bernini, pero también de policía.
Eran unos mil 500, según el servicio de prensa del Vaticano, muy lejos de la afluencia diez veces superior que suele haber cuando abarrotan la zona los turistas y peregrinos de todo el mundo.
Micaela Testa, que lucía un colorido atuendo deportivo, quería vivir esta jornada espiritual, pero sin olvidar el deporte. Tomó un autobús desde su comuna de Fregene, cerca de Roma, y luego corrió cuatro kilómetros hasta la plaza de San Pedro.
"Es un momento donde sientes que tienes que hacer alguna cosa, como acercarse a este monumento que simboliza la fe", explica a la AFP. "También es un momento para que nos acerquemos los unos a los otros", añade, convencida de que surgió una nueva solidaridad de esta pandemia.
"Hay que tener el valor de cambiar, de ser mejores, mejores que antes. Y poder construir positivamente la poscrisis de la pandemia", pidió de nuevo el papa, un firme defensor de una sociedad más justa que escuche a los pobres.