Nueva York. El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, lamentó este miércoles la falta de respuesta a su llamado del 23 de marzo a un alto al fuego en los conflictos del mundo ante la pandemia de Covid-19.
"Un cese al fuego mundial habría creado las condiciones para una mejor respuesta a la pandemia y la entrega de ayuda humanitaria a las personas más vulnerables en tanto habría abierto espacio al diálogo", dijo durante una videoconferencia del Consejo de Seguridad sobre la protección de civiles en zonas de conflicto.
"Me alienta el apoyo expresado, pero ese apoyo no se tradujo en acciones concretas", comentó.
Varios países se han manifestado desde fines de marzo a favor de un cese de hostilidades en varios conflictos, como los de Filipinas, Afganistán o Camerún. Pero los enfrentamientos no han disminuido en estados como Libia o Yemen.
"En algunos casos, la pandemia puede incluso incitar a los beligerantes a aprovechar (la situación) o a realizar mayores ataques en momentos en que la atención internacional está en otra parte", explicó, quien advirtió contra un "aumento de la violencia".
El presidente del Comité de la Cruz Roja Internacional, Peter Maurer, dijo en una entrevista colectiva que sus equipos constataban "el arribo a los campos de batalla de nuevas armas y más letales".
"Es una tendencia que hemos observado en el último par de años" en todos los teatros de conflicto -del Sahara a Medio Oriente, África del Norte, Ucrania, Afganistán, Filipinas- acompañada de una caída sustancial en el precio de los armamentos.
En su último informe sobre la protección de civiles en conflictos armados, Guterres mencionó que hubo escaso progreso en 2019, con más de 20 mil civiles muertos o heridos en diez conflictos (Afganistán, República Centroafricana, Irak, Libia, Nigeria, Somalia, Sudán del Sur, Siria, Ucrania y Yemen).