Ciudad de México. La pandemia del Covid-19 ha evidenciado no sólo las condiciones de precaridad laboral que viven los trabajadores informales -que según algunos estudios señala que son casi el 60 por ciento-, sino además las grandes omisiones del Estado en materia de seguridad social.
En el diálogo virtual “Trabajo informal y crisis del Covid-19”, organizado por la Universidad Iberoamericana (Ibero), se ha advertido que estas omisiones del Estado están, la mayor de las veces en los hechos, pues muchos de los derechos de los trabajadores están contemplados en la legislación, pero en realidad no se cumple.
Este es el caso de las trabajadores del hogar, en la que si bien una reforma laboral impulsó que se diera de alta en el IMSS a poco más de 22 mil de ellas, en la mayoría no cuenta con seguridad social, y en los hechos vive invisibilizada, porque no tienen contrato y no tienen ingresos seguros.
En su intervención, Tania Espinosa Sánchez, coordinadora para América Latina del Programa de Derecho Wiego -por sus siglas en inglés ‘Mujeres en Empleo Informal: Globalizando y Organizando’-, se refirió a los trabajadores de limpia. Dijo que en 10 mil, de los 24 mil personas (casi el 42 por ciento) que laboran en el servicio público de limpieza en la Ciudad de México son “trabajadores voluntarios”, que no cuentan con un contrato, y por tanto, no reciben un salario, ni tienen seguridad social, por lo que viven de las propinas y de la venta de materiales reciclables.
Señaló que estos “trabajadores voluntarios” son llamados así por el gobierno, “para negar la relación laboral que existe con ellos, señalando que ellos están ahí unilateralmente, por su voluntad, sin que el gobierno les llame, ni les necesite”.
Sin embargo, la realidad es que si no estuvieran presentes, las autoridades tendrían que contratar personal al que les pagaría salario y todas las prestaciones de ley. Estos trabajadores son las personas a las que se ve empujar sus carritos de la basura, barrer manualmente las calles y recoger la basura de puerta en puerta; o que las que le reciben a la gente los botes de basura para vaciarlos al camión de recolección.
Espinosa Sánchez dijo que también en este caso se invisibiliza a los trabajadores informales, pues al momento de presupuestar uniformes o herramientas de trabajo, no hay presupuesto destinado para los “voluntarios”, por lo que ellos tienen que hacer sus escobas, comprar sus tambos y uniformes, o si les va bien, algún compañero de base al que le hayan dado partida doble les regala un uniforme.
En estos momentos, los riesgos de trabajo a los que se exponen los trabajadores voluntarios de limpia son mucho más grandes, porque se pueden contagiar de Covid-19, sin ningún respaldo de seguridad social.