Según el organismo, el valor de la producción registró un revés histórico al acumular 21 meses en contracción a tasa anual.
Se desplomó 17.1 por ciento en marzo y la cifra de personas ocupadas 10.71, mientras las horas trabajadas se redujeron 13.82. Todas son las mayores variaciones desde que tiene registro el Inegi. Mientras tanto, las remuneraciones de los empleados repuntaron 1.05.
Respecto de febrero anterior, también con cifras desestacionalizadas, que procuran hacer la serie de datos más homogénea al corregir variaciones periódicas, se redujo 2.01 por ciento la producción, el personal ocupado restó 2.18, las remuneraciones 0.66 y las horas trabajadas 2.34.
En marzo pasado aún no se habían extendido las medidas de confinamiento contra la propagación del Covid-19 en México, sino hasta la última semana.
La industria ya venía de casi dos años con una tendencia a la baja, pero a partir de marzo de 2019 comenzó a ir en picada.
De manera simultánea a previsiones para el sector –Eduardo Ramírez Leal, presidente de la Cámara Nacional de la Industria de la Construcción (CMIC), declaró que se prevé una contracción de 10 por ciento para el cierre del año– y al reporte sobre empleo del Instituto Mexicano del Seguro Social para abril, que evidenció la pérdida de 197 mil 155 puestos de trabajo en la construcción, el gobierno federal declaró esencial la actividad, lo cual significa que podrá operar con nuevas medidas sanitarias mediante el sistema de semáforos por región.