Seúl. El líder de Corea del Norte, Kim Jong Un, presidió una reunión para discutir la capacidad nuclear del país, informaron los medios estatales norcoreanos el domingo, en la que sería su primera aparición en tres semanas después de que su ausencia prolongada diera pie a especulaciones sobre su salud por todo el mundo.
Los miembros del gobernante Partido del Trabajo de Corea llevaron mascarillas para poder saludar a Kim cuando este entró en la reunión de la poderosa Comisión Militar Central del partido, según mostró la televisión estatal norcoreana, si bien nadie, incluido el propio líder, fue visto llevando una mascarilla durante la reunión.
En pleno estancamiento de las conversaciones con Estados Unidos sobre la desnuclearización del país, en la reunión se discutieron medidas para reforzar a las fuerzas armadas de Corea del Norte y “contener de manera eficaz las persistentes amenazas militares grandes o pequeñas de las fuerzas hostiles”, informó la agencia de noticias estatal KCNA.
La reunión discutió “el aumento de la capacidad de disuasión nuclear del país y poner a las fuerzas armadas estratégicas en estado de máxima alerta”, adoptando “medidas cruciales para aumentar considerablemente la capacidad de ataque de las piezas de artillería”, dijo la KCNA.
Corea del Norte afirma que no tiene casos confirmados del nuevo coronavirus, pero la agencia de inteligencia de Corea del Sur ha dicho que no puede descartar que haya tenido un brote.
Las negociaciones dirigidas por Estados Unidos para desmantelar los programas nucleares y de misiles de Corea del Norte han avanzado poco desde finales del año pasado, especialmente después de que comenzara la guerra contra el virus a nivel mundial.
El ministro de Asuntos Exteriores de China, Wang Yi, expresó el domingo su esperanza de que Estados Unidos y Corea del Norte puedan reanudar un diálogo fructífero lo antes posible “y no desaprovechar los resultados logrados con gran esfuerzo en el (anterior) compromiso”.
“La intención en Washington para valorar la adopción de tal movimiento podría ser presionar a Rusia y China para mejorar sus compromisos de control de armas y su aplicación”, dijo Easley. “Pero esta táctica no sólo podría alentar a esos países a asumir más riesgos a nivel nuclear, sino que podría proporcionar a Pyongyang una excusa para una próxima provocación”.