Jerusalén. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, calificó este domingo de "ridículas” las acusaciones de corrupción en su contra, al asistir al primer día de juicio en Jerusalén, que fue aplazado sin fecha de reanudación.
Durante la audiencia de una hora, los abogados del primer ministro pidieron varios meses para estudiar los elementos de prueba, mientras que la fiscalía pidió que los testigos sean escuchados rápidamente.
Los tres jueces indicaron que estudiarán estas solicitudes y aplazaron la sesión sin fijar nuevas fechas para la reanudación de las audiencias.
Después de 17 meses de una crisis electoral en la que se jugó su "supervivencia política", Netanyahu acudió al tribunal en una nueva batalla, esta vez judicial, para evitar la prisión y limpiar su reputación.
Al llegar al tribunal de distrito de Jerusalén rodeado de varios ministros de su partido Likud, Netanyahu negó una vez más las acusaciones de corrupción, abuso de confianza y malversación que pesan contra él, tachándolas de "ridículas".
"Me presento ante ustedes con la espalda erguida y la cabeza alta", declaró el veterano dirigente.
"He pedido que todo sea retransmitido en directo para que el público pueda oírlo todo (directamente) y no a través del filtro de los periodistas del fiscal general", añadió, acusando de parcialidad a una parte de la prensa israelí.
Antes de comenzar el proceso, seguidores suyos se congregaron en los alrededores del tribunal, entre fuertes medidas de seguridad.
"Benjamin Netanyahu, el pueblo está contigo", gritaba un hombre, mientras una mujer enarbolaba una pancarta en la que se podía leer "Juicio Dreyfus 2020", en alusión a un polémico caso en el que se mezclaron errores judiciales, negación de la justicia y antisemitismo en Francia a principios del siglo XX.
Netanyahu está acostumbrado a sentar precedentes: primer jefe de gobierno de la historia de Israel nacido después de la creación del país, el que más tiempo ha ocupado el cargo de primer ministro, el opositor más feroz de Irán. Pero con gusto se habría pasado de éste.
Antes de él, Ehud Olmert, también de su partido, el Likud, fue acusado de corrupción pero después de haber dimitido como primer ministro, declarado culpable de aceptar sobornos y pasó 16 meses en la cárcel.
Algo que trata de evitar Netanyahu, de 70 años, acusado de haber recibido puros, champán y joyas por valor de 700 mil séqueles (180 mil euros, 197 mil dólares) de personas adineradas a cambio de favores financieros o personales.