El Heavy Metal es gay, pese a quien le pese, pues este poderoso y atronador género musical no sólo se ha nutrido de diversas expresiones sociales y culturales, más allá de la música, sino también ha abrazado a la diversidad sexual en sus diferentes orientaciones e identidades de género, para integrarla en su comunidad a nivel mundial.
Quizás es un poco complicado entender que el metal –en casi todas sus corrientes, con estética propia y lírica oscuras, densas, incluso mórbidas, que a veces caen en lo machista– sea un espacio para personas con una orientación sexual diferente a la que se supone deben tener todos los involucrados con esta escena. Recientemente, Hunter Hunt-Hendrix, el vocalista de la banda neoyorquina de Post-Black Metal Liturgy, se presentó como transgénero.
A través de sus redes sociales, la cantante, quien estudió filosofía en la Universidad de Columbia y composición contemporánea con Tristan Murail (discípulo de Olivier Messiaen), entre otros, expuso que siempre ha sido mujer y que su identidad femenina en todo momento ha estado presente, incluso antes de formar Liturgy, pero se mantuvo callada por miedo al rechazo social, profesional y familiar.
No es el primer caso en que un integrante de la escena metalera da a conocer su verdadera preferencia sexual. El más sonado fue el de Rob Halford, líder de los legendarios Judas Priest, quien en una entrevista para MTV, en 1998, manifestó: Creo que la mayoría de la gente sabe que he sido un hombre gay toda mi vida
. Para él no fue fácil, tras ingresar a la banda, pues tuvo que reprimir su orientación sexual por el miedo a la discriminación y a ser excluido del grupo, circunstancia que lo llevó a los excesos y al borde del suicido en 1985.
Cabe mencionar que Halford fue quien introdujo la estética del cuero negro en el heavy metal: muñequeras, chamarras llenas de picos y estoperoles, pantalones ajustados y botas largas, entre otros elementos, que fueron tomados del fetichismo sexual y sadomasoquismo gay. El icono de ese género es una de las figuras más influyentes de la cultura lésbico-gay, bisexual y transgénero (LGBT).
Violencia y tortura
En una de las vertientes más extremas y oscuras del metal, Gaahl, ex vocalista y fundador de Gorgoroth, una de las agrupaciones más controvertidas del Black Metal noruego, quien pisó la cárcel en varias ocasiones por violencia y tortura, además de apoyar la quema de iglesias cristianas en ese país, en una entrevista en 2008, dio a conocer su homosexualidad.
Este músico, cuya mente siniestra ideó el concierto Black Mass Krakow, en 2004 en Polonia, donde decenas de cabezas de ovejas empaladas, modelos desnudas crucificadas, litros de sangre de utilería y pirotecnia, mostraban la ideología de Gorgorth, quien fue coronado Gay del Año en 2010 en la Gala Gay de Bergen (Noruega).
Otep Shamaya, de la banda de metal alternativo Otep, se ha declarado abiertamente lesbiana y es una de las principales activistas por el reconocimiento de los derechos sexuales de la comunidad LGBT, y ha invitado a sus integrantes a estar orgullosos de sus preferencias. En tanto, Keith Caputo, quien fuera líder de la banda de Crossover, Life of Agony, en 2011, se declaró transexual, para dar paso a Mina Caputo: Tuve que mostrarme como soy porque ya pensaba en el suicidio; abusé de todo tipo de drogas esperando morir pronto porque no podía vivir como un hombre, pues sabía que no lo era
.
La estadunidense Marissa Martinez, nacido Dan Martínez –guitarrista de la banda de Grindcore-Death Metal Repulsion–, es una mujer trans que ahora encabeza Cretin, grupo con el que, a través de la música, apoya la diversidad sexual. Sean Reinert junto a Paul Masvidal, se unió a la banda Death en 1991, para grabar el aclamado disco Human, considerado el primero de Death Metal técnico. En 2014, ambos hicieron pública su homosexualidad.
Un caso particular es el de Danica Roem, cantante de la banda estadunidense de Thrash Metal, Cab Ride Home, y es la primera persona transgénero elegida representante legislativa estatal de Virginia. Roem, quien salió del clóset
en 2013, además es una destacada periodista.
En México, Larva es la banda de metal alternativo que hace lo que llaman gay metal
, una suerte de sátira que busca incomodar con el tema de sus rolas y videos a quienes basan sus acciones en estereotipos de lo que la gente puede o no ser.
La comunidad LGBT ha tenido una lucha histórica por la reivindicación de sus derechos; el metal, con su ideología inclusiva, los ha cobijado, aunque sigue siendo un tema del que no se habla mucho en la escena. Hay que normalizar esta situación, pues, finalmente, la música no tiene orientación sexual.