Al químico físico Mario González Jiménez (Ávila, España, 1984) le parece que la música –un arte que además le encanta– es una buena forma de explicar un concepto complejo como la dinámica del ADN. El investigador asociado en la Universidad de Glasgow, Escocia, impartirá la conferencia La música de la vida en el ADN en el contexto del Covid-19, como parte de El Aleph: Festival de Arte y Ciencia.
Ese festival se llevará a cabo de hoy al 30 de mayo como parte de la programación #CulturaUNAMenCasa, en colaboración con las coordinaciones de Investigación Científica, Humanidades y Género de la Universidad Nacional Autónoma de México. La conferencia de Mario González será el día 25 de 12 a 12:40 horas, y podrá verse en la página culturaunam.mx/elaleph.
En su participación, González Jiménez tratará de desvelar todos los secretos del ADN, la molécula en la que nuestras células guardan las instrucciones para fabricar todos los componentes celulares y transmitírselo a su descendencia. Veremos cómo es, dónde se encuentra, cuál es su química y, sobre todo, hablaré del aspecto más desconocido de esta molécula: la función biológica que tienen sus movimientos naturales como, por ejemplo, la vibración de su doble hélice
. Finalmente, aprovechará todos los conocimientos desplegados en la primera parte de su conferencia para tratar de entender mejor al virus causante del Covid-19.
Una de las características menos conocidas del ADN es que continuamente está vibrando, como la cuerda de una guitarra. Del mismo modo que existen notas musicales, el ADN muestra oscilaciones de diferentes frecuencias que dependen de su secuencia de bases.
Sólo en los años recientes, tras gran esfuerzo teórico y experimental, se ha empezado a comprender que estas vibraciones (como cuando en un baile la orquesta comienza a tocar) son el punto de partida de procesos tan importantes para la vida como la copia y la transcripción a proteínas de la información genética.
–¿Cómo se le ocurrió relacionar o comparar las vibraciones del ADN con un instrumento musical como la guitarra?
–El ADN es una cadena larguísima (hay dos metros de ADN en cada una de nuestras células) con forma de doble hélice, por la que continuamente viajan ondas que aumentan y reducen el espacio entre sus dos hebras. Estas vibraciones de la doble hélice tienen la misma física que las ondas que viajan a través de un cordel al agitarlo o las vibraciones de la cuerda de una guitarra al hacerla sonar.
Y como en la cuerda de una guitarra su nota o frecuencia de vibración depende de la tensión de la misma, su longitud y grosor o peso, las propiedades de las vibraciones del ADN dependen de su secuencia de bases, entre otros factores que modifican la tensión. Por supuesto, como la masa del ADN es muchísimo más ligera que la de la cuerda de un instrumento, la frecuencia de sus vibraciones muchísimas veces más alta, queda muy muy lejos del rango de frecuencias que el oído humano (o de cualquier otro animal) puede percibir.
En cuanto a la conexión del ADN con el Covid-19, González Jiménez explicó: En lugar de ADN los coronavirus tienen ARN, que es una forma un poco menos elegante de portar la información genética; sin embargo, su dinámica es muy parecida. En mi conferencia veremos cómo las vibraciones, no sólo de su material genético, sino también de las proteínas que rodean su membrana, juegan un papel en la capacidad del virus para infiltrarse en el interior de las células humanas y reproducirse
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González Jiménez es miembro de la Sociedad de Investigadores Españoles en el Reino Unido donde, desde 2017, dirige la delegación de Escocia. Ha investigado la dinámica de biomoléculas como proteínas y ADN en disolución, así como el uso de la espectroscopia para luchar contra la malaria y el dengue. Investigaciones sobre el ADN en las que ha participado han demostrado la relevancia del sonido en los procesos biomoleculares y han dejado la puerta abierta a nuevas búsquedas que ayuden a explicar todavía mejor cómo se transmite la vida.