Las acciones emprendidas en torno a la generación de energía eléctrica pretenden eliminar esquemas que favorecían la realización de "jugosos negocios" y la corrupción, pero no se trata de un proceso de nacionalización, aseveró el presidente, Andrés Manuel López Obrador. Subrayó que con esta acción solo se está aplicando las disposiciones constitucionales contenidas en el artículo 25 -que habla de la rectoría del Estado en materia económica-, separando el poder político del poder económico, no es estatismo.
López Obrador destacó que desde el inicio de su administración ofreció no modificar la reforma energética y cumplir los contratos derivados de esos cambios, lo cual se está cumpliendo en todo el sector energético "pero estas medidas son necesarias para garantizar que no aumente el precio de la luz. Por eso se me hace realmente exagerado y de poca sensibilidad social el estar pensado nada más en el lucro, porque no se le están quitando los negocios, no se están suspendiendo los contratos".
Subrayó que el objetivo es buscar un equilibrio para que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) tenga las mismas condiciones que las empresas, porque "se había llegado al exceso de que tenían más privilegios, estas empresas particulares que le venden energía a la CFE, que la propia CFE, había todo un plan para arruinar, de quebrar a la CFE. ¿Cuál era el beneficio para el pueblo? Que me digan si bajaron el precio de la luz, al contrario, se aumentaban más poniendo orden".
López Obrador enfatizó que no se trata de un proceso de nacionalización, "es defender el interés nacional, entender que por encima del interés particular o de grupo está el interés público y de la nación". Dijo que ese es el propósito de su gobierno, "por eso proteste que iba a ser respetuoso de la Constitución, del artículo 25, que el Estado sea el que promulgue el desarrollo, que no sea un Estado que esté ni secuestrado ni subordinado".