Madrid. Entre rifirrafes políticos y protestas callejeras jaleadas por la extrema derecha, el presidente del gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, apeló este miércoles a la unidad para prorrogar otras dos semanas el estado de alarma contra la pandemia de coronavirus.
"Son los españoles los que han parado al virus unidos (...) Nadie tiene derecho a derrochar lo que hemos conseguido entre todos durante estas largas semanas de confinamiento", argumentó Sánchez en el Congreso de los Diputados, que previsiblemente votará este miércoles a favor de prorrogar el estado de alarma hasta el 6 de junio.
Los últimos días se vieron marcados por protestas contra el gobierno en las calles de Madrid y otras ciudades como Zaragoza, Sevilla o Córdoba.
A gritos de "gobierno dimisión" y golpeando cacerolas, los manifestantes acusan al ejecutivo de cercenar libertades y de incompetencia en la gestión de la crisis.
Las protestas han recibido el apoyo de la extrema derecha de Vox, cuyo líder, Santiago Abascal, avisó este miércoles de que "la revuelta de los balcones, de las cacerolas y de las mascarillas es imparable".
"Pretende que elijamos entre ustedes o el caos, pero es imposible, porque el caos es usted y lo más grave es que usted asume que es incapaz de proteger a los españoles, más que con esta brutal reclusión", abundó el líder del conservador Partido Popular (PP), Pablo Casado.
Alegaciones rechazadas por el presidente Sánchez, quien insistió en "la prudencia" porque "aún hay cientos de contagios diarios que debemos detectar, atender y aislar", y presentó la prórroga del estado de alarma como "el único camino posible para combatir con eficacia al virus".
Como medida novedosa se decretó que desde este jueves, toda persona a partir de 6 años de edad estará obligada a llevar mascarilla en la calle o en lugares públicos como las tiendas, cuando no sea posible mantener la distancia interpersonal de seguridad de dos metros.