Ciudad de México. La valentía de quienes se han visto obligados a dejar sus países debido a la violencia y discriminación que enfrentan por el libre ejercicio de su sexualidad o su identidad debe ser reconocida, pues enfrentan constantes riesgos y diversas formas de discriminación tanto por su condición migratoria como por su orientación sexual.
Así lo señalaron las organizaciones civiles, agencias internacionales e instituciones de gobierno que conforman la Mesa de Género y Migración en el marco del Día Internacional contra la Homofobia, Lesbofobia, Transfobia y Bifobia (IDAHOT, por sus siglas en inglés), que se conmemora este 17 de mayo.
“Es importante dar cuenta de que las personas lesbianas, gays, bisexuales, transgénero e intersexuales (LGBTI) en condición de refugiadas y migrantes están sujetas a formas múltiples e interseccionales de discriminación, tanto por su origen nacional y estatus migratorio, como por su orientación sexual, características sexuales, identidad de género y expresión de género”, señalaron.
En un comunicado, instancias gubernamentales como la Secretaría de Gobernación y la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados; internacionales como el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), la Organización Internacional de las Migraciones (OIM); y de la sociedad civil como Sin Fronteras y Save of Children, entre otras recordaron que el IDAHOT evoca la decisión de la Organización Mundial de la Salud que en 1990 desclasificó la homosexualidad como un trastorno mental y varios años después, 2004, comenzó a conmemorarse este día para llamar la atención sobre la violencia y la discriminación que sufren las personas LGBTI.
Recordaron que el titular del Acnur, Filippo Grandi, ha dicho que la creación de espacios seguros para solicitantes de asilo y refugiados LGBTI es esencial para que no se sientan forzados a ocultar su orientación sexual o identidad de género y estar protegidos.
En tanto que la OIM ha resaltado que las desigualdades profundamente arraigadas y la estigmatización contra este sector obligan a muchas de estas personas a emigrar lejos de sus comunidades corriendo riesgos inimaginables en el proceso.
“En el caso de niñas, niños y adolescentes de la comunidad LGTBI migrantes, refugiados y solicitantes de asilo, los riesgos a sufrir abuso, maltrato, violencia sexual y discriminación se intensifican por su minoría de edad y, sobre todo, por su condición migratoria irregular. No se les considera como sujetos de derechos y tampoco existen políticas públicas adecuadas para su protección, ni espacios de alojamiento seguros, lo que les obliga a mantenerse invisibilizadas, exponiéndose a diferentes formas de violencia y explotación para sobrevivir”.
Los integrantes de la Mesa de Género y Migración señalaron que en virtud de lo anterior, y en cumplimiento de sus obligaciones internacionales, “los Estados deben proteger a migrantes y refugiados LGTBI y fomentar condiciones dignas para el ejercicio de sus derechos humanos y su integración, lo que se logra al proveer servicios adecuados y no discriminatorios, así como mediante la creación de entornos seguros y acogedores para que tengan confianza de compartir sus preocupaciones y necesidades”.
Agregaron que esto se vuelve aún más urgente en el contexto de la contingencia sanitaria por Covid-19, ya que las personas LGBTI refugiadas y migrantes pueden experimentar impactos desproporcionadamente adversos al estar más expuestos al aislamiento, la estigmatización, la violencia, el abuso, la discriminación y la explotación; tener que permanecer en confinamiento con personas que no respetan su identidad de género u orientación sexual; y, en el caso de personas LGBTI que padezcan alguna enfermedad crónica, enfrentar mayores obstáculos en el acceso regular a medicamentos y servicios de salud. Asimismo, los impactos económicos de la pandemia pueden aumentar el riesgo de que las personas LGBTI refugiadas y migrantes enfrenten mayor marginalización y precariedad, lo que aumenta en sí mismo la exposición al nuevo coronavirus.