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Rueda otra vez el balón en tiempos del coronavirus

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En la imagen, el Borussia Dortmund y el Schalke 04 se enfrentan en Dortmund, Alemania, donde los amarillos se impusieron 4-0. Foto Ap
17 de mayo de 2020 09:34

En una forma extraña e inimaginable, el mundo pudo ver de nuevo a dos equipos sobre una cancha disputando un balón. En medio de la pandemia de coronavirus, el futbol volvió de la única manera que parece posible, sin esos rituales desbordados para celebrar el triunfo ni gente eufórica en las gradas. Después de un par meses de sequía y con los principales torneos aún detenidos, la Bundesliga alemana mitigó esas ansias por ver competencias en vivo, aunque ofreció una colección de postales melancólicas.

Algunos vieron este retorno del futbol alemán como un aliciente a la decaída moral del mundo por el Covid-19, como opinó el presidente de la UEFA, Aleksander Ceferin; los críticos, en cambio, previenen ante lo que consideran una arriesgada respuesta a los intereses económicos que sacuden las finanzas del futbol. Lo cierto fue que en esta decisión de que regresaran a la competencia intervino hasta la máxima autoridad política del país, la canciller Angela Merkel.

Los partidos en Augsburgo, Düsseldorf, Hoffenheim, Leipzig y Dortmund, atrajeron las miradas de hinchas sedientos de futbol, aficionados a las apuestas y responsables de otras ligas para calcular decisiones. Desde el primer silbatazo se percibía lo anómalo. El silencio aplastante de los estadios vacíos y las voces de los ju-gadores, más notorias que nunca, y los golpes al balón.

Los jugadores se sentían extraños en medio de esas condiciones, como más tarde lo admitieron. Y las reacciones en redes sociales dejaban constancia con ese humor corrosivo de la época. El portero del Schalke 04 recogía la pelota y la besaba como dejando claro que la extrañaba; en Twitter ya comentaban que debía tocar el balón, pero no besarlo, por higiene.

En los cinco partidos de este sábado predominó la nueva disciplina sanitaria, con jugadores que respetaron las nuevas indicaciones en la cancha, como hicieron los integrantes del Borussia Dortmund, que goleó 4-0 al Schalke 04, pero también hubo quienes olvidaron aquello de la distancia social y se abrazaron y hasta hubo un beso que provocó sorpresa en el duelo donde el Hertha Berlín venció 3-0 al Hoffenheim.

Lo más extraño, y melancólico, era eso: ver a los equipos festejar los goles. Sin griterío ni tumulto, sin esas montañas de carne que suelen hacer sobre el pasto. El anotador celebraba como para un público invisible, mientras sus compañeros se acercaban a una distancia prudente, como con miedo, para felicitar al autor del tanto. Un choque de botines, un toque de codos, o la simulación de un abrazo a distancia. Un ritual de celebración que parecía más un estornudo ahogado.

No así el defensa belga del Hertha Berlín, Dedryck Boyata, quien incluso besó en la mejilla a su compañero Marko Grujic para festejar el primer gol del partido. La Liga Alemana de Futbol tuvo que aclarar que no habrá sanción para el jugador, pues las formas como se celebran los goles no forman parte de protocolo médico-organizativo diseñado para permitir la reanudación del campeonato alemán.

Para las celebraciones, solo se han dado consejos y por ello no puede haber sanciones, precisó un portavoz de la DFL al término de los cinco primeros partidos de la jornada 26 del campeonato.

Todo era un signo de nuevos tiempos. Los jugadores del Schalke, por ejemplo, entraron en el Signal Iduna Park con mascarillas, mientras en el Muro Amarillo, la famosa tribuna del antiguo Westfalenstadion, nadie emitía ni un suspiro solidario en esas gradas fantasmales. Las bancas de suplentes, incluso, lucían ajenas con los jugadores ocupando un asiento para dejar los dos siguientes de distancia con el compañero más próximo.

Tampoco hubo ceremonia de inicio ni entradas colectivas ni saludos entre contrincantes. La pretendida asepsia hizo de este deporte un espectáculo de seres solitarios. Aunque durante los partido no pudo guardarse esa protección, pues en cada disputa del balón, en cada córner, los futbolistas se aproximaron demasiado, como exige este deporte.

En Leipzig, que recibió al Friburgo y empató 1-1 final, algunos jugadores incluso mantuvieron las mascarillas durante el calentamiento.

Afuera de los estadios había presencia policiaca para impedir posibles reuniones de aficionados ávidos de volver a ver a sus equipos.

El técnico del equipo de Dortmund, Lucien Favre, admitió tras la goleada al Schalke que fue ”muy raro” jugar con tanto silencio.

Echamos mucho de menos a nuestro público, reconoció; “no había ningún ruido. Tiras a portería, hacer un pase, marcas, y no pasa nada. Es muy, muy raro".

Mientras que el técnico del Fortuna Düsseldorf, Uwe Rösler, expresaba sus impresiones.

El día fue un poco raro. Soy alguien emotivo, me gusta abrazar a un jugador. Es algo que no podía hacer para nada hoy, explicó Rösler tras el empate 0-0 de su equipo ante el colista Paderborn.

(Con información de Afp)

  

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