Bogotá. El guardia indígena Javier García Guaguarabe fue asesinado este sábado en la zona rural del municipio de Argelia, al sur del Cauca en Colombia, donde un grupo armado acecha a las comunidades en busca de excombatientes de las FARC para reclutarlos.
La Organización de los Estados Americanos lamentó en sus redes sociales el fallecimiento del activista colombiano y exigió a los grupos armados cesar los ataques contra la población civil. “Instamos a las autoridades a proteger a las comunidades y los liderazgos étnicos”, enfatizó el organismo regional.
Horas antes del reporte de la OEA, las comunidades rurales municipales denunciaron la presencia de un grupo armado en la región; según testimonios de los pobladores al medio colombiano El País, los sujetos buscan excombatientes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Los habitantes narraron al medio local que estos grupos ilegales suelen llegar a las viviendas de los exguerrilleros y, si ponen resistencia, son asesinados. En esta área viven al menos 10 antiguos miembros de la guerrilla que dejaron las armas tras la firma de los acuerdos de paz en 2016.
El diario El Espectador detalló que fueron cerca de 30 hombres quienes ingresaron a la región del sur del Cauca. Todos lucían prendas de uso privativo de las fuerzas militares y se identificaron como miembros de la disidencia. Ingresaron por el corregimiento de El Plateado.
Aviones de la fuerza aérea sobrevuelan ya la zona rural de Argelia, en respuesta a la denuncia presentada por la organización Colombia 2020. El apoyo militar llegó en el transcurso de la tarde, horas después de lo reportado por los grupos indígenas.
El 13 de abril de este año, los pobladores denunciaron un episodio similar donde sujetos armados de la llamada “disidencia Carlos Patiño” de las FARC, llegaron a la localidad para asesinar a ex comandantes de la guerrilla. El ejército acudió al llamado y se presentó un enfrentamiento entre ambos bandos.
De acuerdo con datos difundidos por la Defensoría del Pueblo de Colombia, entre el 1 de enero y el 19 de abril de 2020, se registró el asesinato de 56 líderes sociales.
La Organización de las Naciones Unidas ha informado que la violencia contra ex guerrilleros y activistas no cesa, a pesar de las medidas de aislamiento para contener la pandemia de coronavirus en el país.