Ciudad de México. Nahuel Porcel de Peralta dio inicio a las actividades del Festival "Esta vez va por ti", homenaje a Óscar Chávez. Desde su sala, el cantante argentino organizador del evento, mencionó que el ciclo no hubiera sido posible sin los amigos músicos que aportaron su participación. Aclaró que hubo aproximadamente 40 personas que ya no pudieron participar. “Esto es algo casero, cada uno encerrado en su casa tratando de cuidarnos con los elementos que tenemos para compartir”.
Interpretó "Siempre me alcanza la danza", un tema dedicado a Chiapas; recordó que Óscar Chávez fue un personaje siempre comprometido. “Esa parte ideológica no le caía muy bien a mucha gente; pero fue admirado hasta por personas que no coincidían con su ideología”.
Después de leer una carta y recordar a quienes no pudieron formar parte del homenaje, ya sea por falta de espacio o por problemas de conexión, aclaró —a manera de broma— que un comité de 500 personas lo designó para abrir el festival; después interpretó una canción ranchera llamada "Será mañana".
A pesar de sólo valerse del micrófono de su cámara, el audio sonó muy bien, gracias a que se hizo acompañar únicamente de una guitarra y su voz a capella. Explicó que a cada participante le fue asignado 15 minutos. Antes de despedirse, manifestó su interés en que el festival sea para recordar. “Pero especialmente que sea para no olvidar; porque los medios de comunicación, en vida, nunca lo 'pelaron' y ahora lo consideran como grande”.
Desde su casa y con un retrato de Frida Kahlo a su espalda, Rafael Mendoza continuó con el homenaje. Comenzó su participación interpretando "Sabes". Recordó que, junto con Marcial Alejandro, solían cantar esa pieza cambiando la palabra sabes por Chávez. “Hoy se las quiero cantar; ojalá la conozcan, y si no, pues ojalá les guste”.
Platicó sobre las piezas inéditas que Chávez nunca llegó a publicar y la posibilidad de recuperarlas para poderlas grabar. “Ojalá, quienes tienen a cargo la obra de Óscar, se animen a divulgarla”. Expresó que la obra del compositor le enseñó que había una ruta diferente para cantar y decir las cosas. “Se convirtió en una especie de guía, de tutor”. Después de brindar con un ron, interpretó "Vaquerito", una pieza infantil.
Vivir con esperanza
Despidió con "El tren" e invitó a seguir escuchando a Óscar Chávez. “Estamos hoy recordando al maestro. Mando un abrazo a todo mundo y el deseo de que nos armemos de paciencia, aguantemos 'vara', para que este desmadre pase. Ojalá”.
Desde Mérida, Jorge Buenfil utilizó un plano a contraluz compensado con una ventana de fondo. Acudió a pistas para darle a su presentación un toque distinto. Aunque también tocó la guitarra acústica, nunca renunció a su micrófono que sonaba con un efecto de retraso, lo que le dio una dimensión diferente a su voz.
A solicitud de Nahuel, Buenfil contó una anécdota con Chávez. Recordó que, en un estudio de Guadalajara, Chávez tuvo que ir al parque a hablar por teléfono; después de no poder llamar en ninguna caseta, Buenfil se percató que intentaba llamar con una tarjeta de crédito y no con una telefónica.
Su presentación finalizó con "La barra del destino"; una canción escrita especialmente para las pérdidas. “Tanta gente que se nos va yendo y que nos ha dejado tanto; pero siempre vive uno como con la esperanza de que por ahí los volvamos a encontrar”.