El mundo de la ópera ya no será el mismo después de esta pandemia, avizora María Katzarava, la soprano mexicana con mayor renombre y proyección internacional hoy día.
“Definitivamente, habrá un cambio. Leí que el primer teatro que abrirá sus puertas será el de Wiesbaden, Alemania. Lo hará con un recital el 18 de mayo para sólo 118 personas, que para un teatro es nada. Aunque de eso a nada, está bien”, indica.
“También sé que algunos cantantes del Teatro de Oviedo, España, ensayarán con tapabocas; la verdad no me imagino cómo sea eso y si yo pueda hacerlo. Todo es ahora más complejo, juntarnos otra vez a todos será muy difícil”.
La cantante --quien aunque tiene su residencia habitual en Barcelona, se encuentra confinada en México por la crisis sanitaria-- acepta una entrevista telefónica con La Jornada a propósito de que este viernes 15 de mayo será el lanzamiento mundial, en diferentes formatos audiovisuales, de la ópera I due foscari, de Giuseppe Verdi, material distribuido por Naxos.
Este título fue grabado en vivo el año pasado en el Teatro Regio de Parma, durante el Festival Verdi, y representó el debut de María Katzarava en el muy demandante rol de Lucrezia Contarini, a su decir, uno de los más difíciles de su carrera.
Nacida en 1984, en el seno de una familia de músicos de orquesta, la soprano de raíces georgianas ahonda en su visión sobre los cambios que experimentará la dinámica operística. Señala, entre otros aspectos, que se planea la supresión de los entreactos durante la funciones a fin de que sea menor el tiempo que el público y los artistas estén encerrados en un teatro.
A su decir, la pandemia de Covid 19 repercutirá en una nueva realidad para el mundo. De entrada, dice, volverá menos sociales a las personas, al menos en ciertas sociedades, porque ha advertido cómo en muchas partes México la gente “se ha pasado por el arco del triunfo” las medidas sanitarias recomendadas por el gobierno.
Refiere que la contingencia la ha afectado como a gran parte de la población mundial: “Me he quedado sin trabajo, así de sencillo, y así será para todos los cantantes, por lo menos siete, ocho meses o hasta un año”.
Confiesa que, a diferencia de otros colegas y amigos artistas, ella no se ha visto tan afectada en términos económicos por el actual paro de actividades, debido a que sus servicios son pagados en euros y es muy ahorradora.
Lamenta, en ese sentido, lo que ocurre con la comunidad cultural y artística de México y el mundo: “Es terrible lo que pasa, la cultura, una vez más, es lo más golpeado incluso a escala internacional. En México son muchísimos los artistas que se han quedado sin trabajo, por ser freelance, que viven al día, sin ningún recurso ni respuesta del gobierno”.
Ya en lo artístico, María Katzarava se dice muy contenta y satisfecha por sus logros internacionales y el momento en que se encuentran su carrera y su voz. Confiesa que uno de sus proyectos profesionales es volverse de lleno una cantante especializada en el repertorio verdiano, del cual asegura que es para “una soprano todo terreno” y requiere muchos años de especialidad.