Los escritores que hoy se encuentran en confinamiento deberían intentar de crear una narrativa distinta, al margen de la que ciertos políticos y grandes empresarios nos han venido contando, respecto de lo que estamos viviendo y experimentando con la contingencia y emergencia sanitaria; consideraron las escritoras Liliana Colanzi y Brenda Navarro, y el escritor Luis Jorge Boone.
El trío de narradores -con la moderación de Gina Jaramillo-, se reunieron este jueves en línea para participar en el ciclo de charlas titulado Recomendaciones para el encierro, que forman parte de la Feria del Libro Dependientes de Lectores, organizada en línea por los sellos editoriales Almadía, Sexto Piso y Era, en colaboración con las Librerías El Sótano.
Durante el conversatorio, la autora boliviana, Liliana Colanzi, quien actualmente se encuentra en la pequeña ciudad de Itaca, del estado de Nueva York, más cerca de Canadá que de Manhattan, explicó que, “si bien no se pueden sacar conclusiones de lo que hoy experimentamos, porque resulta muy prematuro, lo que sí podemos hacer es crear nuestra propia narrativa de los actuales acontecimientos.
“Porque hay otros, como esos que quieren que se abra la economía, otros que han estado minimizando la pandemia desde el comienzo o aquellos que no creen en la ciencia, ni en las vacunas; y que ya están creando su propia narrativa y la están imponiendo”.
Por ello, destacó Colanzi, “no podemos, como escritores, renunciar al esfuerzo de crear nuestra propia narrativa. Sé que para muchos, en este momento resulta difícil pensar en lo que vamos hacer mañana o el fin de semana, sin embargo, pienso que también nos compete el trabajo de imaginar el futuro que queremos después de la pandemia.
“Tenemos que ir cocinando las reivindicaciones por las que queremos pelear, cuando podamos salir otra vez a protestar, o sí no es posible salir, entonces cómo organizamos la protesta desde nuestras casas.
“En ese sentido, necesitamos empezar a reflexionar desde ahora, aunque esas reflexiones sean un poco limitadas o hasta equivocadas”.
Brenda Navarro, quien se encuentra en la ciudad de Madrid, añadió al respecto: “Si no escribimos ahora sobre la contingencia, ahora que tenemos una serie de sentimientos a flor de piel, cuándo entonces va a ser. Quizá ya después se podrá decir eso que escribí no está bien o lo puedo mejorar, pero yo sí apelo a que las cosas que tengamos que decir ahora, las digamos, utilizando también las redes sociales”.
Luis Jorge Boone, quien se encuentra en Puebla, coincidió en que sí se pueden crear materiales; “aunque quizá no sean obras literarias en forma, o sea una obra con la que nos gustaría ser recordados, pero pueden servir como un testimonio.
“Lo que no podemos es dejarle la narrativa al político que intenta sacar tajada o al empresario que ha dicho, como dice un meme: ‘Muchos de ustedes van a morir, pero es un sacrificio que estoy dispuesto a soportar’”.
En su momento, cada uno de los escritores compartió, entre otras cuestiones, cómo han vivido de manera personal estos días de confinamiento. Se refirieron, como al principio, tuvieron falta de concentración para leer, y cómo hicieron para recuperar esa concentración y gusto.
Entre las lecturas para el encierro que Boone compartió fueron un par de novelas: Poeta chileno, del escritor Alejandro Zambra, “de una lectura muy gozosa sobre un joven que quiere ser poeta y sobre la amistad”; y El año del pensamiento mágico, de Joan Didion, “un testimonio de la autora sobre el fallecimiento de su esposo”.
Colanzi recomendó: Cuarto de desecho, de Carolina Maria de Jesus, una autora brasileña que recogía cartón en una favela para ganarse la vida y que fue libro de obligada lectura en las escuelas. “Un libro poderosísimo, escrito de manera precisa y detallada para una mujer con pocos años de escolaridad, a manera de diario en el que consigna todo lo que hacen sus vecinos”.
Navarro recomendó: Las lealtades, de Delphine de Vigan, Diez planetas, de Yuri Herrera y Personajes desesperados, de Paula Fox.
Con las librerías aún cerradas y las ferias de libro canceladas, los sellos editoriales Almadía, Sexto Piso y Era, en colaboración con las Librerías El Sótano, con la finalidad de continuar enfrentando la emergencia sanitaria y económica, organizaron de manera virtual la Feria del Libro Dependientes de Lectores, así como una serie de charlas con distintos autores y continúan con la campaña para sobrellevar económicamente “estos días de pesada contingencia”, por lo que solicitan a sus lectores su apoyo para paliar la pandemia ingresando al sitio: https://donadora.org/campanas/almadia-era-sextopiso Más información: https://dependientesdelectores.mx/