En espera de que se regularicen las actividades en el país tras la actual contingencia sanitaria, la familia del caricaturista e historietista Abel Quezada (1920-1991) continúa los preparativos para ver la posibilidad de celebrar en lo que resta del año el centenario del nacimiento del también pintor, que se cumple en diciembre próximo.
Actualmente, sus hijos Martha Yolanda, Josefina y Abel prosiguen con la digitalización de su acervo gráfico, a la par de que sopesan el futuro de su archivo, al cual consideran “un importante legado porque son 50 años de historia, además de que es un personaje que vale mucho la pena estudiar, no sólo a nivel profesional, sino personal”.
Sobre ello abundó la tarde de este jueves Abel Quezada Rueda, hijo del creador, en una conversatorio vía streaming con Sofía Duarte, gerente del departamento de Arte moderno y contemporáneo de Morton Subastas, a propósito de las dos pinturas de ese artista que serán puestas a la venta por esa casa el 21 de mayo.
Las piezas a subastarse son el óleo El juego de voleibol. Homenaje a Picasso de Joven, en el que uno de los jugadores tiene el rostro del pintor español; y la acuarela Edificio rodeado de agua, la cual formó recientemente parte de la muestra En casa con mis monstruos, del cineasta Guillermo del Toro, quien la incluyó como parte de sus influencias formativas.
“Hemos descubierto muchas cosas últimamente (en el archivo) gracias a mis hermanas, que han hecho la labor de meterse a hacer este inventario nuevo; han salido cosas increíbles que valdría la penar compartir. Ése es nuestro propósito para lo que sigue de las celebraciones del centenario, que se cumple en diciembre”, señaló Quezada Rueda.
“Teníamos muchos planes, pero esta contingencia, este confinamiento, nos ha parado un poco, aunque seguiremos; ya lo haremos más adelante, no importa el tiempo que tome. Además, estará my divertido. Mi padre es un personaje muy rico de muchas formas y hay que estudiarlo. Se me ocurre que podríamos hacer de él hasta una serie en Netflix”.
El también pintor y diseñador resaltó que uno de los objetivos de sus hermanas y él es dar a conocer y difundir la vida de su padre, así como su obra, tanto la periodística como la pictórica, a las nuevas generaciones, que no están tan familiarizados con él: “Vale la pena, porque es una parte de la historia de México que es importante conocer bien”.
Al respecto, consideró que actividades como la próxima subasta en la casa Morton dan oportunidad de promover el centenario de Abel Quezada y, de alguna forma, que el caricaturista y pintor vuelva a estar en boca de todos.
Inquirido sobre si la familia ha pensado donar el archivo del artista a una entidad publica como la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), como lo hicieron en su momento los familiares de los también caricaturistas Rogelio Naranjo y Eduardo del Río Rius, opinó que sería lo menos indicado, porque las cosas que se regalan no son valoradas.