A partir de la pandemia del Covid-19 se debe dar impulso a la agricultura ecológica, las energías renovables, la asistencia médica y la educación, señalaron en el documento Decrecimiento: nuevas raíces para la economía, expertos internacionales, y es promovido en México por la organización Ecocomunidades.
Reevaluar el tipo de trabajos necesarios para una buena calidad de vida para todos, poner más énfasis en el trabajo de cuidado sy evaluar adecuadamente las profesiones que se han probado imprescindibles durante la crisis, plantean en el documento Nathan Barlow, Ekaterina Chertkovskaya, Manuel Grebenjak, entre otros especialistas.
También proponen que se debe organizar a la sociedad en torno a la provisión de mercancías y servicios esenciales, como el derecho a la alimentación, la vivienda y la educación, que tienen que estar asegurados a través de servicios básicos universales o esquemas de ingreso básico universal.
Asimismo se debe democratizar la sociedad con más participación por parte de los grupos marginados de la sociedad así como la inclusión de los principios feministras dentro de las políticas y el sistema económico. La justicia climática debe ser el principio que guíe una rápida transformación social y ecológica, indica el documento.
Los firmantes explican que el decrecimiento, como movimiento y como concepto, ha estado reflexionando sobre estos puntos desde hace más de una década y ofrece un marco consistente para repensar la sociedad basada en otros valores como la sustentabilidad, la solidaridad, la equidad, la convivencia, la participación, la democracia directa y el buen vivir.
Señalan que la crisis ocasionada por el coronavirus “ha puesto al descubierto muchas debilidades de nuestra economía capitalista obsesionada por el crecimiento, tales como la inseguridad laboral y alimentaria de muchos, los sistemas de salud menoscabados por años de austeridad y ajustes económicos, y la infravaloración de muchas de las profesiones más imprescindibles y esenciales”.
A partir de estas crisis se puede empezar a construir “con nuevas formas de cooperación y solidaridad que están floreciendo y el creciente respeto y estimación generalizado de los servicios sociales esenciales como la salud pública y el trabajo de cuidados, el abastecimiento de alimentos y la gestión de desechos”.