Ciudad de México. La pandemia por COVID-19 expuso los déficits “catastróficos” de cobertura de la protección social en los países en desarrollo, señala un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en el que advierte ello podría comprometer los planes de recuperación de los distintos países.
Aseguró que la única forma de sostener la reactivación y prevenir crisis futuras es que estos países transformen sus medidas especiales de respuesta en sistemas de protección social integrales.
Un análisis publicado por la Organización dependiente de las Naciones Unidas indica que dicho déficit en protección social podría orillar a millones de personas a un riesgo de pobreza y afectar la capacidad de reacción mundial para hacer frente a crisis similares en el futuro, ya que subraya que es precisamente la protección social un mecanismo que ayuda a la población ante las crisis.
Para detectar las carencias en la materia, en el estudio se tomó como base “las medidas de respuesta aplicadas por algunos países, entre otras, la eliminación de obstáculos financieros a la atención sanitaria de calidad, el aumento de la seguridad de los ingresos, la proyección a los trabajadores de la economía informal, la protección de los ingresos y del empleo, y la mejora de la prestación de los servicios de protección social, empleo, y otras intervenciones”.
Los efectos de la pandemia, si bien repercuten en toda la población, y “aunque el virus no discrimine entre ricos y pobres, sus repercusiones son sumamente desiguales”.
No obstante, en otro documento difundido por la OIT, Shahra Razavi, Directora del Departamento de Protección Social de la Organización, indica que, de igual formal, la pandemia ha “demostrado que la falta de protección social no solo afecta a los pobres; también pone de manifiesto la vulnerabilidad de quienes tenían una situación relativamente buena, pues el costo de la atención médica y la pérdida de ingresos puede destruir fácilmente el fruto de decenios de trabajo y los ahorros de una familia”.
El organismo internacional señala que el 55 por ciento de la población mundial carecen de seguro social y de asistencia social, a la vez que sólo el 20 por ciento de las personas desempleadas tienen derecho a una prestación de desempleo.