Oak Park. Un sondeo reveló que 37 por ciento de los estadunidenses desempleados se quedaron sin comida el mes pasado y que a un 46 por ciento les preocupaba que se les acabaran los alimentos. En todo el país, el temor por no tener suficiente dinero para comer se suma a la ansiedad de millones de personas de enfermarse de Covid-19.
La directora ejecutiva del organismo Greater Chicago Food Depository, Kate Maehr, dijo que nunca ha visto algo igual: filas que abarcan cuadras de personas, muchas con niños, avanzando muy despacio para recibir bolsas de alimentos con la esperanza de que les alcance hasta el próximo pago de su sueldo o hasta que puedan recibir asistencia alimenticia del gobierno.
“Simplemente es desgarrador”, dijo Maehr. “Se encuentran con una serie de circunstancias en las que no tienen ingresos y tampoco tienen comida, y todo sucedió en un instante”.
El número de personas que piden ayuda a su organización y bancos de alimentos afiliados ha aumentado 60 por ciento desde que inició la pandemia de coronavirus, que ha detenido la actividad económica de la nación y ha dejado a decenas de millones de personas sin empleo.
Incluso quienes trabajan con frecuencia batallan por conseguir ingresos. Dos de cada 10 adultos que trabajan dijeron que en los últimos 30 días se quedaron sin comida antes de ganar suficiente dinero para comprar más. Una cuarta parte está preocupada de que eso suceda.
Estos resultados provienen de la segunda fase del Sondeo de Impacto COVID, realizado por NORC y la Universidad de Chicago para la Data Foundation. El sondeo tiene el objetivo de proporcionar una evaluación constante de la salud mental, física y financiera del país durante la pandemia.
No hay comparativo en la historia de Estados Unidos de lo repentino o severo del colapso económico: en los dos meses desde que llegó el virus, se han perdido más de 36 millones de trabajos. La tasa de desempleo a nivel nacional era de 14.7% en abril, la mayor desde la Gran Depresión.
Aunque muchos creen que trabajarán en los próximos meses, los estadunidenses desempleados —aquellos que más probablemente informen que se quedan sin alimentos— no están tan optimistas.
La Encuesta de Impacto COVID encontró que cerca de un tercio de los estadunidenses negros e hispanos dijeron que a menudo o a veces en los últimos 30 días la comida comprada no duraba y que no había suficiente dinero para más, comparado con cerca de 1 de cada 10 estadunidenses blancos que se expresaron así.
Los negros e hispanos también tenían aproximadamente el doble de probabilidades que los blancos de informar que se sentían preocupados por el agotamiento de su reserva de alimentos.
El sondeo a 2 mil 238 adultos se realizó entre el 4 y 10 de mayo con un muestreo tomado del panel basado en probabilidad AmeriSpeak de NORC, diseñado para representar a la población de Estados Unidos. El margen de error es de más/menos 2.9 puntos porcentuales.