París. Con la reanudación el sábado de la liga de futbol en Alemania, grandes figuras de este deporte van a tener que frenar sus impulsos, dejar de abrazarse o de estrecharse la mano, por los estrictos protocolos sanitarios contra el coronavirus. El reto estará en cómo canalizar las emociones en pleno partido.
"Son como actores que necesitan una persona que les apunte las réplicas, se han quedado en el texto viejo y ha sido cambiado. Tienen que aprenderse un nuevo guion", explica a la Afp el sicólogo del deporte Makis Chamalidis.
Ante la pandemia del coronavirus, la Liga Alemana de Futbol (DFL) ha rediseñado toda la arquitectura de la temporada alrededor de un protocolo sanitario estricto, de 51 páginas, que ha permitido obtener la autorización de las autoridades políticas.
El sábado, los jugadores de la Bundesliga no van encontrarse el escenario tal y como lo dejaron en marzo, cuando el Covid-19 detuvo el deporte mundial.
No habrá público en la grada, los jugadores no se podrán estrechar la mano, se han pedido celebraciones de gol no efusivas y que los contactos físicos se reduzcan al mínimo posible. En los banquillos, cuerpo técnico y suplentes llevarán mascarillas.
Todas las nuevas normas acotan muchísimo la libre expresión de los futbolistas en momentos de gran excitación.
"¡Es como jugar ante un equipo de otro planeta! Todo es nuevo. Forzosamente, esto puede provocar ansiedad a algunos", señaló a la Afp el coach mental Manuel Dupuis, que trabaja con jugadores profesionales de Alemania y Bélgica.
La puesta en marcha del Protokoll en Alemania puede parecer "contradictoria con el deporte de competición, en el que se enseña a los jugadores a dejarse llevar, y puede constituir una distracción, puede no ser bueno para la concentración", apunta.
'Extraño'
"Preparación", ese es el concepto clave. Los equipos han visto su día a día revolucionado con esa crisis sanitaria, con un confinamiento en un primer lugar y luego la reanudación de los entrenamientos en abril, pero con medidas de protección.
"Se rompen los códigos que se han establecido desde hace décadas", estima el entrenador del Grenoble (2ª división francesa), Philippe Hinschberger.
"Al principio era extraño", contó a la Afp el mediocampista francés del Friburgo Jonathan Schmid ante las prohibiciones de ducharse en el centro de entrenamiento o de ejercitarse en grupo con otros compañeros.
Pero es importante adaptarse rápido a las nuevas circunstancias.
"Los clubes no tienen tiempo que perder. Hay que reducir el tiempo de novedad, de sorpresa, por una especie de anticipación. Los equipos que antes se adapten tendrán ventaja", señala.
"Los jugadores que necesitan referencias, rituales muy precisas, van a estar más desestabilizados. Los que sean más intuitivos, menos", estima Manuel Dupuis. "Pero una vez que se está dentro, que las endorfinas se liberan, creo que el deseo de jugar lo superará todo", asevera.
Nuevos códigos
La pasión seguirá presente en el futbol, aunque tenga que reconducirse, y será clave para aliviar los males de un futbol con riesgo de ser más aséptico.
"¡La emoción no ha muerto! Se pueden generar emociones sin besarse, sin hablarse. Simplemente con una actitud o un comportamiento brillante. Cuando eres apasionado, cuando tienes una emoción positiva, sabes cómo apropiarte de ella", destaca Denis Roch, ex entrenador del Amiens y ahora coach mental.
Para celebrar un gol, pese a las restricciones, "los jugadores van a hacer coreografías, gestos o cosas sorprendentes imaginativas, que les permitirán salir de sus reflejos habituales. Cosas que tengan sentido para ellos", añade.
"Hay equipos que pueden desarrollar códigos para animarse. Es algo interesante para la cohesión", afirma Makis Chamalidis.
En Corea del Sur, donde la liga de futbol comenzó el pasado fin de semana, los autores de los goles crearon un gesto con el dedo pulgar levantado, como símbolo de apoyo al personal sanitario.
Allí hubo además más goles y menos tarjetas amarillas de lo habitual, durante esa primera jornada. ¿Un aperitivo de lo que deparará el regreso del Fussball este fin de semana en Alemania?