Ciudad de México. En su primer informe regional, titulado “Los pueblos ante la pandemia del Covid-19”, el Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de América Latina y El Caribe (FILAC) y el Foro Indígena de Abya Yala (FILAY) sostienen que la situación que enfrentan los pueblos indígenas en América Latina frente al Covid-19 “es devastadora”.
Éstos tienen mayores riesgos ante la pandemia “porque la asistencia humanitaria ha llegado poco o nada a sus territorios”. El coordinador general del FILAY, Jesús Amadeo Martínez Guzmán, manifestó en días pasados temer que en poco tiempo se suscite “una situación crítica en las comunidades por no contar con el apoyo, ni la preocupación de los gobiernos ante la situación que viven las comunidades y pueblos”.
El informe no es alentador, expresó Martínez Guzmán para la página de difusión de FILAC, “porque muestra la situación indigna que estamos viviendo los pueblos de la región, en la que los esfuerzos por parte de los gobiernos son mínimos”. Además, “refleja la no asistencia” desde los estados y los gobiernos centrales. Las iniciativas de los gobiernos y actores locales para apoyar y atender a la población en general, “como en la entrega de un kit de salubridad, o de alimentos”, no han considerado a las comunidades y pueblos indígenas, “ya que siguen en exclusión y marginación”.
El secretario técnico del FILAC, el guatemalteco Álvaro Pop, sostuvo en videoconferencia pública del 8 de mayo que las comunidades indígenas están en alto riesgo “por las condiciones inmunológicas, la previa existencia de otras epidemias como el dengue y las limitaciones históricas y estructurales de los servicios de salud”.
El informe está firmado por una treintena de organizaciones indígenas latinoamericanas, entre las que se cuentan las mexicanas Coordinadora de Mujeres Indígenas, Enlace de Mujeres Indígenas y la Alianza de Mujeres Indígenas de América Central y México.
Dirigido a los gobiernos latinoamericanos, el documento asume posturas casi oficialistas en casos como el de México, donde la fuente principal de información es el INPI, y no cuestiona lo que puedan estar realizando las autoridades mexicanas. Sin embargo, cita a las Naciones Unidas, que desde el seis de abril advirtieron: “La propagación del Covid-19 ha exacerbado y seguirá exacerbando una situación crítica para muchos pueblos indígenas: una situación en la que ya abundan las desigualdades y la discriminación.
El aumento de las recesiones a nivel nacional y la posibilidad real de una depresión mundial agravarán aún más la situación, causando un temor de que muchos indígenas mueran, no sólo por el virus en sí, sino también por los conflictos y la violencia vinculados a la escasez de recursos, y en particular de agua potable y alimentos” (Declaración de la ONU “Covid-19: un desafío más para los pueblos indígenas”).
De entrada, el informe de FILAC-FILAY proclama: “Más que vulnerabilidad, los pueblos indígenas hemos demostrado resilencia en varios siglos de pandemias, y ésta no será la última”. Allí se anuncia la creación de una Plataforma Indígena Regional Frente al Covid 19, para establecer un sistema de registro e información sobre los alcances de la pandemia en los pueblos originarios de Meso y Sudamérica.
Considerando los análisis y advertencias del BID, el Banco Mundial, la OPS y otros organismos internacionales, el informe citado, que llega hasta la primera semana de mayo, resalta: “Al contrario de lo que ocurre en el resto del mundo, en la región se ha dado un crecimiento de casos de contagio de 105 por ciento comparado con los registrados una semana atrás”.