Cuando se destruyen los ecosistemas forestales se pierden los hogares de las especies, se manipulan plantas y animales para obtener beneficios: creamos las condiciones para nuevas enfermedades.

En los 50 años pasados han surgido 300 nuevos patógenos y está bien documentado que alrededor de 70 por ciento, incluidos el VIH, el é́bola, la gripe, el MERS y el SARS, surgen cuando se invaden los ecosistemas forestales, y los virus saltan de los animales a los seres humanos, indica en el prólogo de la quinta Antología del glifosato, que contiene mil 108 artículos científicos sobre sus impactos a la salud y al medio ambiente.

Por ejemplo, señala, la agricultura industrial globalizada ha desplazado los bosques para cultivar soya trasgénica en Brasil, Uruguay, Bolivia, Paraguay y Argentina, así como aceite de palma en Indonesia.

Además, cuando los animales están hacinados en granjas industriales, se propagan nuevas enfermedades, como las gripes porcina y aviar. Se podría llamar a la agricultura industrial una fábrica productora de enfermedades, tanto en términos de males infecciosos como crónicos, entre ellos, el cáncer.

 Visión antropocéntrica

Sumado a ello, la agricultura industrial basada en agrotóxicos degrada el planeta y la salud; es la raíz de la explosión de enfermedades crónicas como el cáncer. Apunta que mientras la mortalidad con la infección de Covid-19 es de uno por ciento, con condiciones prexistentes como el cáncer, salta a más de 7.6 por ciento.

También asevera que todas las emergencias que amenazan la vida están enraizadas en una visión mecanicista, militarista y antropocéntrica del mundo, en la que los humanos están separados de la naturaleza, como amos de la Tierra que pueden poseer, manipular y controlar otras especies como objetos para obtener beneficios

Hay ignorancia sobre la complejidad de la autoorganización e interconexión de los sistemas vivos, la raíz de esta pandemia y de las futuras y el modelo económico ve los límites ecológicos y éticos como obstáculos que deben ser eliminados para el crecimiento de las ganancias corporativas.

La presente emergencia sanitaria, advierte Shiva, está conectada con la de la extinción y la desaparición de las especies, así como a la climática.

Cuando usamos venenos como insecticidas y herbicidas para matar insectos y plantas, una crisis de extinción es inevitable; cuando quemamos el carbono fósil que la tierra fosilizó durante 600 millones de años, violamos las fronteras planetarias. El cambio climático es la consecuencia.