Roma, Italia. La ciudad de Milán, capital económica de Italia, "es como una bomba" debido a la gran cantidad de personas infectadas que circulan, por lo que se corre el riesgo de una nueva ola de contagios de coronavirus, advirtió este viernes un conocido virólogo.
"La situación de Milán es como una bomba, porque muchas personas han permanecido encerradas en sus casas mientras estaban contagiadas" y no han sido sometidas a exámenes, explicó el profesor Massimo Galli, director del departamento de enfermedades infecciosas del prestigioso hospital milanés Sacco, en una entrevista con el diario La Repubblica.
"Tenemos un número elevado de personas infectadas que han vuelto a circular", advirtió al referirse a la reanudación gradual iniciada el lunes de las actividades industriales y comerciales en toda la península.
"Es un hecho que la reapertura de actividades presenta problemas. Es posible que nuestra región (Lombardía, de la cual Milán es la capital) tenga que volver a decretar el confinamiento, así como en ciertas áreas de Piamonte y Emilia-Romaña", aseguró.
La región de Lombardía figura entre las zonas más afectadas por la epidemia de COVID-19, con casi 15.000 muertes de las casi 30.000 en todo el país y más de 80.000 contagios de los 215.000.
Las fotos de muchas personas, buena parte de ellas sin mascarilla, caminando por los canales de Milán para ir a tomar un aperitivo bajo el sol, aparecieron este viernes en las portadas de los periódicos italianos.
"Hay momentos en los que es legítimo enojarse y este es uno de esos: las fotos del jueves de los canales son una vergüenza", lamentó el alcalde Giuseppe Sala en un mensaje en Facebook.
No se descarta que el alcalde decrete el cierre de la célebre zona de Navigli, donde los bares han abierto para atender pedidos para llevar, por lo que cientos de personas se han agolpado para beber en grupos a orillas de los canales.
"O las cosas cambian a partir de hoy (...) o tomo medidas, cierro Navigli y prohíbo la comida para llevar de bares y restaurantes", amenazó indignado Sala.
La llamada Fase 2, con la reincorporación a partir del 4 de mayo de unos 4,4 millones de empleados del sector de la construcción, las fábricas y oficinas, ha sido más complicada de lo que parece.
Los italianos también pueden salir a caminar e inclusive a andar en bicicleta, correr y hasta visitar a familiares y amigos cercanos, pero siempre y cuando respeten las medidas de distanciamiento social y lleven mascarillas, lo que no todos cumplen.
El presidente de la región, Attilio Fontana, también teme un aumento de la curva epidemiológica frente al comportamiento de los milaneses tras dos meses de confinamiento.
"Es el momento más delicado, hay mucha gente en la calle", reconoció.