Ciudad de México. En febrero la inversión bruta fija (IFB), que muestra el comportamiento de los gastos realizados por las empresas para adquirir maquinaria y equipo y la construcción, tuvo su peor resultado desde octubre de 2009, pues se contrajo 10.2 por ciento real frente al mismo periodo del año pasado, informó este viernes el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
Con cifras originales, el índice tuvo una variación anual de -8.6 por ciento, con lo que acumuló 13 meses consecutivos de caídas.
Sin embargo, con datos ajustados por estacionalidad, el cual elimina el efecto positivo del año bisiesto, el resultado observado fue de 10.2 por ciento.
Al interior del indice, los gastos en maquinaria y equipo se contrajo 11.5 por ciento real, principalmente por la disminución de 15.9 por ciento en bienes importados, mientras que el nacional descendió 4.6 por ciento.
Por su parte, la construcción descendió 8.7 por ciento, principalmente por la disminución de 9.3 por ciento de ramo no residencial.
En su comparación mensual, los resultados observados en el segundo mes de año borraron el avance de 1.5 por ciento obtenido en enero, pues se contrajo 1.7 por ciento.
Lo anterior se explica por la contracción de 3.2 por en maquinaria y equipo, cifra que fue atenuada por el crecimiento de 1.3 por ciento en equipo de transportes importados, aunque la maquinaria y equipo de origen extranjero cayeron 10.1 por ciento. La construcción cayó 1 por ciento en comparación con el primer mes del año.
Analistas de Monex señalaron que la IFB sería uno de los primeros componentes de la demanda agregada en reaccionar a la crisis generada por el coronavirus, pues previo a la declaración de la cuarentena en México ya se experimentaban interrupciones en las cadenas globales de valor y una alta incertidumbre global.
Estimaron que los resultados de marzo presentarán las afectaciones más significativas debido a la fuerte depreciación del tipo de cambio, mientras que en abril se observará la parálisis total de la economía.
Añadieron que los índices de confianza empresarial compilados por INEGI han registrado mínimos históricos durante el último mes, por lo que será necesaria una estrecha coordinación entre el sector público y el privado para mejorar el clima de inversión en nuestro país en los próximos meses.
Analistas de Banorte anticiparon una contracción de 18.5 por ciento para año, que se explicará por tanto por factores externos como internos, principalmente por el choque de la pandemia de COVID-19.
Señalaron que si bien en febrero su efecto fue más por el frente externo –afectando cadenas de suministro ante el cierre de fábricas en China y de otros socios comerciales–, este ya se ha tornado interno, con las medidas de distanciamiento social impactando fuertemente la actividad económica desde finales de marzo y exacerbándose en abril.
Indicaron que permanecen riesgos para la inversión ya que la duración e impacto general de la pandemia, que es incierta, es un factor clave para determinar su posible magnitud en este rubro.
Añadieron que será importante ver si los programas de crédito implementados por el gobierno federal, así como por el Banco de México, pueden ayudar a suavizar parte del impacto, y sienten las bases para una recuperación más rápida una vez que se puedan normalizar las actividades económicas.