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"¿Qué sería de la música electrónica sin Kraftwerk?"

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Florian Schneider (a la derecha) con el grupo, el 4 de julio de 2005, en el Festival de Jazz Montreux. Foto Ap / Archivo
07 de mayo de 2020 08:49

La agrupación alemana Kraftwerk es artífice de un sonido protoelectrónico que ya está tatuado en la historia contemporánea de la música y en la sique de creadores y melómanos.

Es inventora de un universo microtonal, de un laboratorio sonoro espacial que podía aterrizar en cualquier parte de la Tierra, como decía de la agrupación, Ralf Hütter, quien la formó junto con Florian Schneider, a quien conoció en el conservatorio de Düsseldorf, Alemania, en los años 60.

Florian Schneider nació en 1947 y dio sus primeros pasos en la escena de rock experimental llamada Krautrock; primero con el grupo Pissoff y luego, con Organisation (con el que editaron Tone Float) junto a Ralf Hutter, claro, con quien luego formaría Kraftwerk, influyente en el arte actual.

Schneider, quien abandonó el grupo a finales de 2008, falleció hace unos días. Apenas ayer se dio a conocer que un cáncer acabó con él, según informó Billboard. La noticia fue confirmada a The Guardian por uno de sus colaboradores, que indicó que había muerto hace una semana y tuvo un entierro privado.

La música de Kraftwerk era una combinación de sonidos de bajos obsesivos, pads de sintetizador (acordes sostenidos o tonos) y cajas de ritmos, con lo que se ganó al gran público y a otros artistas, como David Bowie, Orchestral Manoeuvres in the Dark, o más recientemente Daft Punk. Son incontables los que fueron inyectados por su acústica, como la Dj rusa Nina Kraviz, estrella en la escena tecno, quien dijo: ¿Qué sería de la música electrónica sin Kraftwerk?

La distorsión de voces con el vocoder (o codificador o sintetizador de voz) era la marca registrada del grupo. Sus voces intercaladas en alemán, español, ruso, polaco y japonés, también los convirtieron en precursores de la omnipresencia de las máquinas y el rol creciente de la tecnología en la música global. Eran auténticos vanguardistas. Incluso fueron los primeros en realizar una gira mundial con un espectáculo en 3D, que presentaron en festivales como el Sonar (en Barcelona) y Coachella (California), y en recintos como el Tate Modern de Londres.

A México lo trajeron en un concierto en el Plaza Condesa que hasta lágrimas sacó de los fans. Ya habían estado antes en el país en una carpa en el Hipódromo y en el Corona Festival, ya sin Schneider.

Kraftwerk publicaría discos exitosos como Autobahn, Radio-Aktivität, Trans Europa Express, Die Mensch-Maschine y Tour de France.

De esos álbumes se desprendieron piezas ya clásicas como The Model, The Robots, Europe Endless, Trans Europe Express y Spacelab; por supuesto, Autobahn, canción homónima de 22 minutos que fue publicada en 1974 y con la cual se puede decir que ganaron un reconocimiento internacional.

 

 

Con sus canciones hablaban de la deshumanización, del sometimiento de las personas ante la tecnología, de la creación enfermiza de fuentes de energía como las plantas nucleares, del abstracto y necesario nuevo mundo computacional, de la seudonecesidad humana por tener un automóvil e, incluso, de la frivolidad de la moda...

Schneider tocaba la flauta, el violín y la guitarra, aunque a menudo se filtraban a través del procesamiento electrónico. Su interés por la música electrónica creció. Me di cuenta de que la flauta era demasiado limitante, dijo más tarde. Pronto compré un micrófono, luego altavoces, luego un eco, luego un sintetizador. Mucho más tarde tiré la flauta; fue una especie de proceso.

La colaboración entre Florian y Hutter comenzó en 1968, un par de años antes de que fundaran el grupo, que comenzó a experimentar con sintetizadores y secuenciadores, instrumentos desdeñados en ese entonces por grupos de rock y músicos de academia. Con esos juguetes se introdujeron en el universo del microtono.

Pop robótico de esencia minimalista

Luego crearon su propio estudio: el Kling Klang, laboratorio de beats sintéticos y génesis de un sonido único: el pop robótico de esencia minimalista, con el cual, aderezado de unas simples vocales, pudieron ser a lo largo de más de 11 producciones la banda sonora de la era digital en la historia de la música.

En sus presentaciones eran unos robots, hombres máquina, maniquíes de plástico y de carne. También lograron ser luces de neón con radiactividad. Más bien, unas vías transeuropeas que, en una camioneta recorrieron metafísicamente varias veces la Tour de France, mutados en computadoras con su propio mundo.

En realidad, en lo que se convirtieron fue en una central de energía, traducción al español de la acepción que en alemán es Kraftwerk, cuya música era descrita como Industrielle Volksmusik: música popular de las fábricas.

Schneider trabajó en todos los álbumes de estudio del grupo. Después de su último disco de estudio hasta la fecha, las bandas sonoras del Tour de Francia en 2003, y un regreso a una gira, Schneider dejó el grupo en 2008.

Además de ser antepasados del synthpop que dominaría la década de 1980 y más allá, la pista principal de Trans-Europe Express fue muestreada en 1982 por uno de los creadores del hip-hop: Afrika Bambaataa & the Soul Sonic Force para uno de los primeros éxitos de hip-hop, Planet Rock; mientras Computer World fue influyente en la música house y techno que surgió de Chicago y Detroit en esa década.

Su trabajo también los llevó a la órbita de Bowie e Iggy Pop, quienes vivieron en Berlín. En un documental de televisión, Pop recordó que él y Schneider una vez fueron a comprar espárragos juntos. Se cree que la canción de Bowie V-2 Schneider es un tributo al alemán.

Conocido por su enigmática sonrisa, Schneider trabajó en todos los álbumes de estudio del grupo. En 2015, lanzó una nueva pieza musical, Stop Plastic Pollution, en colaboración con el productor Dan Lacksman. Dijo que la pista, lanzada para crear conciencia sobre la contaminación, se inspiró en nadar en el océano en las costas de Ghana, viendo a los pescadores capturar nada más que basura plástica en sus redes, según el texto de The Guardian.

Entre los que rinden tributo a Schneider se encuentran Orchestral Manoeuvres in the Dark, cuyos miembros se dijeron absolutamente devastados. Midge Ure, de Ultravox, expresó que estaba muy por delante de su tiempo, mientras el productor Thomas Dolby aseveró: Otro de mis grandes héroes se fue.

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