Ciudad de México. La venta de autos en México arrastra al menos tres años de resultados negativos. Sin embargo, este abril, la pandemia de Covid-19 hundió los datos de comercialización a su nivel más bajo desde que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) lleva registro.
Se vendieron 34 mil 903 unidades, una caída de 64.5 por ciento respecto a las 98 mil 346 registradas en 2019; y de 60 por ciento frente los 87 mil 517 vehículos comercializados en marzo, publicó el organismo.
Abril se caracterizó por las medidas de distanciamiento social que buscan reducir la velocidad a la que se contagia el Covid-19. Por tanto las distribuidoras tuvieron que suspender actividades en los pisos de venta.
Pese a ello, la comercialización de vehículos ligeros fue menos mala a lo estimado
, expuso la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA). Al iniciar el mes se proyectó que las ventas no rebasarían 7 mil 832 unidades.
Los resultados se explican porque se contabilizaron operaciones que se habían cerrado en marzo, pero cuyas entregas se concretaron en abril, la adquisición de flotillas por sectores privado y público y una mejora de ventas a distancia, detalló la AMDA.
No obstante, las perspectivas permanecen negativas al extenderse la contingencia a mayo. Por ello se busca que el gobierno declare a esta industria como esencial para reanudar operación en los pisos de venta, suspendida desde el 31 de marzo.
Ninguna marca estuvo al margen de reducir en más de 50 por ciento sus ventas. Isuzu restó 91.4 por ciento su comercialización. Le siguieron Acura y Jaguar con reducciones de 90.9 y 90 por ciento, respectivamente.
Entre las empresas que agrupan la mayor parte del mercado, Nissan restó 62.1 por ciento, Volkswagen, 65.8 por ciento y General Motors, 64.6 por ciento.
En el acumulado del año, es decir, de enero a abril, se registró la venta de 331 mil 580 vehículos ligeros, 23.12 por ciento menos frente a las 431 mil 346 unidades del mismo periodo de 2019.
Intercam acotó que las cifras para abril ponen en evidencia el impacto negativo de la epidemia en la industria automotriz, pero prevé una afectación hasta junio, fecha en que todavía se espera continuidad en las medidas de mitigación y en que los consumidores podrían resentir más el desempleo y menores salarios
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Etapa recesiva
La economía mexicana entró en etapa recesiva entre febrero y marzo pasados, confirmó el Inegi. En ese bimestre el indicador coincidente y el adelantado cayeron 0.12 y 0.46 puntos, respectivamente. Ambos por debajo del ciclo de crecimiento. El antecedente más cercano a la baja simultánea se registra entre marzo y abril de 2016, exhibe el semáforo de componentes cíclicos con el que cuenta el organismo.
El Sistema de Indicadores Cíclicos (SIC) se integra por el coincidente y adelantado y busca identificar en qué fase está una economía. Se usan los 100 puntos como orientación, cuando los componentes se encuentran por debajo de esa medida y con tendencia a la baja, la actividad se cuenta en fase recesiva; si está por arriba con una racha de incremento exhibe un proceso de recuperación.
En febrero, antes de que se instalara la pandemia de Covid-19 en México, el indicador coincidente se localizó por debajo de su tendencia a largo plazo al reportar un valor de 98.9 puntos y una variación de 0.12 puntos respecto del mes anterior. Sólo sumó un mes más al retroceso continuo que lleva desde junio de 2018. Entre las variables que le integran, todas se contaron en ciclo recesivo, destaca la actividad industrial, que acumula deterioro desde noviembre de 2018.
Por otro lado, el indicador adelantado se ubicó en marzo por debajo de su tendencia de largo plazo. Tras restar 4.6 puntos cerró en 99.6 unidades, primera ocasión por debajo del ciclo de crecimiento desde diciembre de 2016.
Un millón de empleos menos
De cara al segundo trimestre del año, la calificadora de riesgo HR Ratings prevé una caída de 35.6 por ciento en el producto interno bruto con el riesgo de perder en ese periodo un millón de empleos formales.
Detalló que el confinamiento extensivo a mayo suma presiones al trabajo formal, para el cual los estímulos fiscales se consideran escasos, por lo que su expectativa es que al cierre del año caiga 4 por ciento la tasa de empleo formal que registra el Instituto Mexicano del Seguro Social.
Considerando a toda la población económicamente activa, esto podría reflejarse en una tasa de desempleo promedio de 6.3 por ciento durante 2020
, detalló.