la pandemia del Covid-19 aún en curso dejará centenares de miles de ausencias irreparables y una economía dislocada y severamente disminuida. La catásfrofe económica asociada obliga a desechar el modelo que genera riquezas sin bienestar y procurar una mayor intervención del Estado en cumplimiento de su responsabilidad social.
Al estado le corresponde atemperar las desigualdades sociales. No es posible seguir desplazando la justicia social de la agenda de los gobiernos
, indicó.
Entre los primeros saldos que ha dejado la pandemia a nivel mundial, el mandatario identificó el abandono que los sistemas públicos de salud han tenido en el neoliberalismo, lo que que ha producido desgarradoras escenas de enfermos graves esperando ser atendidos en unidades de terapia intensiva
.
Al tremendo daño que ha generado en la salud, con la pérdida lamentable de vidas, habría que agregar el derrumbe de la economía mundial, lo que ha puesto en evidencia el fracaso del modelo neoliberal
.
Al dar a conocer el documento Algunas lecciones de la pandemia Covid-19, el mandatario planteó la necesidad de reconvertir los organismos financieros internacionales, como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Interamericano de Desarrollo y la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos, en verdaderos promotores de la cooperación para el desarrollo y el bienestar de los pueblos y las naciones
. Es urgente desechar las recetas de estos organismos para revertir la crisis, ya que sólo provocan nuevos ciclos de concentración de la riqueza, agravamiento de la desigualdad y el ensanchamiento de abismos sociales
.
Tras criticar que los sistemas de salud no han sido prioritarios durante el periodo neoliberal, describió las debilidades reflejadas en México, al quedar de manifiesto no sólo la carencia de camas, ventiladores o equipos de protección para los trabajadores del sector salud, sino también, lo más grave, la escasez de personal médico, sobre todo especialistas
. Las políticas restrictivas de acceso a la universidad dejaron insuficiencias para atender las necesidades sanitarias nacionales.
Pero quizá la muestra que ha dejado el coronavirus sobre la indiferencia o la irresponsabilidad mayor de los gobiernos es la desatención, por décadas, de enfermedades crónicas como la hipertensión, la diabetes, la obesidad y los padecimientos renales.
En México, las personas que padecen estas enfermedades por causas hereditarias o por una deficiente alimentación han resultado las más afectadas por el Covid-19.
En su balance, lamentó que una de las principales fallas es la poca solidaridad mundial que existe para adquirir los equipos que se requieren para la atención de la enfermedad. La especulación y el lucro ha llegado a niveles vergonzosos. Un ventilador que antes de la contingencia costaba 10 mil dólares en promedio, ahora se vende en 100 mil
, por ello, celebró que en medio de esta pandemia, por razones aún inexplicables, no haya afectado a África con la misma intensidad
.
A partir de estas lecciones, para López Obrador es indispensable el fortalecimiento de los sistemas públicos de salud sobre la base de que ésta no es un privilegio, sino un derecho inherente a todos los seres humanos. El presupuesto destinado a esto no es un gasto, sino una inversión en lo más valioso de cualquier país: su población
. Además, es impostergable atender las enfermedades crónicas que han potenciado los fallecimientos por el coronavirus en el mundo.
Para López Obrador, la pandemia aún en curso nos dejará centenares de miles de ausencias irreparables y una economía dislocada y severamente disminuida
. Sin embargo, salir de esto implicará fortalecer la fraternidad, sobre la base de que el cuidado de la salud debe ser una tarea colectiva, no una opción independiente en cada nación. Es indispensable un mundo más solidario
.
Pidió a las organizaciones de Naciones Unidas y Mundial de la Salud convocar de inmediato a gobiernos y científicos del mundo para la creación de vacunas contra el coronavirus. Hay que procurar que las ideas y las acciones de los gobiernos en el mundo se guíen por principios humanitarios más que por intereses económicos, personales, de grupos o de potencias, por legítimos que sean
, concluyó.