Ciudad de México. Hay mayor mortalidad en pacientes con Covid-19 que han estado expuestos por periodos largos a partículas suspendidas finas y gruesas. La mala calidad del aire por esos contaminantes se asocia con un aumento de 8 por ciento en la tasa de mortalidad por coronavirus, indica un estudio de la Escuela de Salud Pública TH Chan de la Universidad de Harvard.
Ante las evidencias de los daños a la salud que ocasiona la contaminación del aire, como la muerte de alrededor de 37 mil personas al año por la exposición al ozono y otros gases, el gobierno federal debe adoptar acciones de alto impacto que produzcan mejoras en la calidad del aire y a la vez atacar en forma efectiva la crisis climática, demandó el Observatorio Ciudadano de Calidad del Aire (OCCA).
Advirtió que el Instituto de Políticas para el Transporte y el Desarrollo (ITDP) y la Iniciativa Climática México (ICM) estiman que en el país el transporte terrestre causó alrededor de 27 mil muertes prematuras en 2017 a causa de la alta concentración de partículas finas y gruesas.
Indicó que mediciones y estudios científicos a nivel global demuestran que la reducción de la actividad industrial y del uso de vehículos (automóviles particulares y motocicletas) han contribuido directamente a reducir la concentración de contaminantes en la atmósfera.
Detalló que en el Valle de México en la primera y segunda semana de abril hubo una reducción de 34 y 27 por ciento de monóxido de carbono y óxidos de nitrógeno, respectivamente, a consecuencia de las acciones para enfrentar el Covid-19; en la Zona Metropolitana de Guadalajara, de acuerdo con su Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial, hubo una disminución de óxidos de nitrógeno de entre 42 y 73 por ciento en distintas estaciones.
Pese a ello, agregó en un análisis, la epidemia actual se enfrenta con tres condicionantes de mala calidad del aire: el periodo de altas temperaturas, intensa radiación solar y estabilidad atmosférica (que ocurre entre marzo y mayo) que favorece la formación de ozono y la aparición de incendios; una endeble política ambiental y el incumplimiento de las Normas Oficiales Mexicanas de Salud Ambiental; y el que haya bienes y servicios que diariamente emiten compuestos orgánicos volátiles como solventes, fugas de gas en calentadores y estufas.
Ante ello, el observatorio consideró que este momento es una oportunidad única para repensar el modelo de movilidad, por lo que el rescate del transporte público es una opción para reducir el uso del automóvil particular y mejorar la calidad del aire.